"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."



sábado, 31 de diciembre de 2011

Te cambiaria, te borraria, te olvidaria... y te volveria a vivir otra vez!

Treinta y uno de diciembre otra vez, quizas suene tragico pero la primera expresion que se me viene a la cabeza es la de "vamos! Llegue!!" Y si aca estoy, cerrando un año mas en mi vida que me paso por encima, y me levanto mas que nunca. Tal vez sea q somos flojos con la memoria, y q por eso sentimos siempre tan intenso el ultimo año.. Pero no. Fue un año en el q descubri que soy capaz de todo, que puedo llegar a hacer cualquier cosa, solo con quererlo, o con encapricharme en tenerlo. Y se que estos doce meses que pasaron van a cobrarme el precio mas adelante, se que los dias dejaron secuelas a su paso, cicatrices nuevas por debajo de la piel... Perdi mucho mas de lo que gane, pero al perderlo todo gane lo mas importante, saber que uno tiene que estar desarraigado completamente para volver a empezar, despojado de absolutamente todo para poder ser uno.
Quiero (quisiera en realidad) agradecer a todas las personas q pasaron por mi vida este año, las q sumaron, las q restaron y hasta las que me pasaron por encima, quizas a estas ultimas mas que todo, porque gracias a ellas logre subir un par de escaloncitos mas y crecer. Perdon a todos los que lastime con los numerosos y diversos homicidios a mis dias, incluso perdon por aquellos daños que nunca saldran a la luz.
Prometo trabajar duro para resarcirlo, para volver las cosas a su lugar. Me debo disculpas a mi misma mas que nada, por vivir disfrutando de tanta angustia innecesaria, por comprar felicidad de la barata. Pero fue lo mejor que pude hacer, y estoy conforme con eso.
Lo unico que le pido a este año es fuerza, por sobre todo porque voy a necesitarla, y una pista... Algo que me guie a encontrar mi propio camino en este laberinto que es la vida. No hay sensacion mas espantosa que sentir que uno malgasta el tiempo, y creo que me compraron con caramelitos de colores y yo les vendi mi cabeza. La felicidad esta por otro lado, y en eso voy a enfocarme este 2012.
Pero lo mas importante fue que este año volvi a sentir a dios (un dios, energia, universo, apodenlo como prefieran), y aunque quizas por medios errados, tambien volvi a ser feliz, algo que crei hace algun tiempo que no iba a volver a sentir.
Gracias a todos los que me dieron una mano, porq en mas de una oportunidad se me hubiera hecho imposible seguir sin que me tendieran ese brazo.
Fue un año que me dio todo, absolutamente, no podria haber pedido mas lo juro, fue perfecto, pero fue mi propia cabecita desacertada lo que fallo. Pero tampoco pretendo cargar con las culpas, cada dia, cada insignificante segundo fue necesario para que hoy haya llegado a donde llegue, asique le debo a mi pasado, a mis logros y a mis errores lo que hoy soy.
Tengo muchisimas ganas de empezar otra vez, y poner en practica todo lo q aprendi, todo lo que me lleve.
Por un año trascendente e incidente en la vida de los demas, por contagiar alegria, por disipar las angustias, por llenarnos al llenar a los demas. Por esa fuerza que aun conservo de mantenerme al margen de este mundo hostil, y luchar contra eln sin perder la confianza en que se puede vencer.
Feliz año para todos! Jamas desistan, hay muchisimo por vivir! Le deseo felicidades, alegrias, oportunidades, bla bla, pero lo mas importante.. Les deseo que aprendan a ver, a valorar, a amar, a no sujetar, a ponerle pausa al tiempo y por un instante dejar que la corriente siga y analizar cual es la direccion que queremos tomar en nuestra vida. Porque es nuestra y lamentable o afortunadamente es corta, asique vivanla bien, hagan lo que les haga felices, sean un poco egoistas y jamas lastimen a nadie. Como dice la frase, vivan como si fuera el ultimo dia y cuidense como si fueran a vivir por siempre, (jajaja no era asi creo, pero mi inconciente la modifico acorde a mi situacion actual).
Los espero el proximo año para seguir compartiendo mis locuras!!

jueves, 29 de diciembre de 2011

Y vivieron felices por siempre, cada uno en un cuento diferente.

Realmente es mentira una mentira que nunca es descubierta y muere como verdad?
Cuando uno se empieza a sentir mal con algo... Se supone que se lo debe abandonar?

Tarde o temprano abrimos los ojos, suena ese click que indica que tus neuronas finalmente hicieron sinapsis, y entonces se destiñen todos los principes.
Tarde o temprano nos cae el balde de realidad fria, pero mas vale temprano que tarde.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Evidentemente algo anda errado cuando uno no puede definir si su vida anda excesivamente bien o se volvió un desastre. Cuando tu cuerpo te llora, el corazón te sonríe y la cabeza te abandona. Cuando todos tus sentidos se contradicen y necesitás estar en varios lados a la vez. No saber lo que querés y no poder darle el gusto a cada parte de tu ser. ¿Quién es el que manda? ¿Quien de todos me domina?
La experiencia me alerta y lo poco que quedó de esperanza e inocencia me alientan...
Pero entonces calla el instinto, la inteligencia y el alma, y los latidos son los únicos que hablan.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Y el Cielo se desplomó...

Efectivamente no pude darme cuenta de nada hasta que no tuve nada. Necesité comprobar que eras como los demás, capaz de lastimar, para entender que significas algo... muchísimo para mí. Agradecida hasta el infinito por devolverme esa capacidad de poder sentir, todavía no logro entender porque siento el amor sólo a través del dolor... pero así es, y hasta que no me arrancaste una lágrima (dios sabe hace cuanto no lloro) no pude darme cuenta que de alguna forma, digámoslo así porque así lo sentí, estaba (estoy) enamorada.
Vuelvo a estar viva, vuelvo a sentir, vuelvo a sufrir, vuelvo a extrañar, vuelvo a querer algo que no tengo, vuelvo a perder las ganas de absolutamente todo, vuelvo a reducir el mundo en un solo nombre... vuelvo a conocer el amor.
Y si realmente era necesario perderte para poder sentirlo.. estoy complacida, estoy absolutamente conforme y muy cómoda una vez más en el dolor.
Te sumo como un nombre más, pero único, como una nueva cicatriz que el día mañana, cuando alguien como tal vez vos lo hiciste ayer, me pregunte el por qué de tantas incógnitas en mi vida, pueda usar como respuesta. Como un desgarro, como algo fugaz que sin importar el tiempo se mide en profundidad, que se llevó una parte o apagó algo adentro mío.
Me encantaría estar exagerando, me encantaría estar mintiendo como tantas veces los hago cuando escribo (porque es evidente que aunque haya dos carteles de advertencia que este blog contiene sólo ficción, la gente no lo entiende y vos tampoco lo entendiste).
Pero esto es real, es puro, es felicidad (lo juro) expresada de una manera muy rebuscada o retorcida en forma de dolor, abandono y desesperanza.
Ahora sos un nuevo culpable de esto que soy, de lo que en poco tiempo lograste convertirme. Como quisiera guardarte algún rencor del cual sostenerme cuando alguna noche al intentar y fallar dormir te necesite al lado. Pero lograste lastimarme de la forma más exquisita de todas.. sin hacer nada.
Hay tanto que hubiera querido decirte! pero me pusiste el estúpido orgullo adelante y me alejaste, y me acercaste y me dejaste...
Soy muy diferente a eso que ves, soy estas letras, soy las de ayer, y las de mañana, soy un montón de cosas que la vida me obligó a dejar relegadas, a vender por un montón de felicidad falsa. Fue la única manera que encontré para salir adelante, aunque no me haya ido tan bien.
Nunca supe bien tus motivos como para afirmar que te equivocaste conmigo, pero si supieras todo lo que callan estos dedos que te escriben... si pudiera de alguna forma traducir un uno por ciento de cada latido... me arriesgaría a decir que estas equivocado al menos en lo que de mí proyectaste.
Se me ocurre sólo irme a dormir con lo fuiste conmigo para intentar evitarte, ja, con el sabor a wisky en los labios que nunca te di de probar y ese abrazo que me diste que para mi nunca va a tener vencimiento. ¡Mi dulce de leche.. hubiera sido tanto con vos!

martes, 13 de diciembre de 2011

¡Me juego la cabeza a que sentimos con la cabeza!

Para cuando quise frenar la calesita, esta ya había dado demasiadas vueltas y en alguna de ellas se había quedado atascada mi candidez.
A menudo deseé llegar a ser así... Uno siempre pide deseos de este estilo cuando se desilusiona y sufre, pero nunca con conciencia, nunca ni con la más remota contemplación de que tal metamorfosis se podría cumplir en nosotros, que tan desconsolados y sedientos de afecto estamos al momento de peticionarlo.

¡Pero de pronto se me cumplió! Y comencé a notar que los efectos del deseo no coincidían en lo absoluto con los que se habían configurado en la proyección montada en mi cabeza.
No me siento inmortal, no me siento invencible ni omnipotente... quizás lo sea pero aun así no le encuentro nada atractivo a poder serlo, y entonces no lo siento dentro mío tan magnánimo como suena al pronunciarlo...
Comienzo a extrañar cosas que no debería y al rato lo olvido y entonces añoro poder recordarlo, pero al instante también se consume esa añoranza y me dejan vacía.
Y poco a poco voy olvidando como se sentía todo, hasta el deseo y la exasperación misma de querer recuperar esa sensibilidad perdida.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Con miedo a jugar.

No me pude levantar. Me abracé fuerte al colchón y le pedí a Dios que me regale un problema de verdad. ¿Cómo me volví tan superficial?
Errante entre él que me extraña y me quiere recuperar, entre aquel que le poné un precio a mi felicidad y entre quien me rompió todos los esquemas en dos noches.
Tengo mucho espacio, muchísimo, en mi corazón, en el reloj, en mi cama... por donde mire encuentro vacío.
No necesito que nadie me convenza de necesitar llenarlo. Estoy bien, estoy mejor que nunca, estoy perfecta... ¿cierto?
Cierto.
Y sin embargo esta mañana no me pude levantar.

lunes, 28 de noviembre de 2011



Hay muchas formas de decir compañía: alcohol, drogas, tabaco y prostitución, y hay otras tantas para referirse a la soledad: un buen libro, un mate lavado y frío, una novela en la televisión.
Será que casi siempre terminan siendo lo mismo, que una no mata a la otra, que la compañía jamás será gratuita porque siempre tiene de por medio un interés, el asesino a sueldo para matar la soledad.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Yo no quiero volverme tan normal.

Aspiró con desdén la última pitada de ese vicio que la mantenía cautivada. No era ella la adicta, sino su soledad quien lo inhalaba. ¿Por qué cuando estamos abandonados tendemos a aferrarnos a cosas o a personas nocivas? Como si la soledad no fuera en sí ya demasiado destructiva para nuestra vida.
No obstante, esta sea quizás la época más feliz de su vida.
No tenía a nadie, sí, su mano ahuecaba el vacío, sus sábanas a su almohada y sus sueños se dormían cuando ella despertaba.
El amor podía estar tan dividido, podía tener tantos significados erróneos y acertados. La soledad podía agobiarla en numerosos sentidos, pero jamás en el físico.
Ya no escribía, ya no era distinta. A la hora de responder ¿quién soy? Había una carrera, un trabajo esperando y luego algo sobre estilos de música, novelas románticas y un listado importante con los sitios públicos que frecuentaba.
Era la foto del sábado, el reloj que había ganado y los secretos de madrugada que se llevaba a la cama. Llovía agua y el verano traía consigo calor. No había altura para el cielo, era todo tan exacto a como lo vemos. Y entonces, cada persona en la tierra podía ser capaz de compartir toda su vida a su lado. No había selectos, ni especiales, ni gustos ni particularidades.
Cerró los ojos. Buscó esa estrella que alguna vez le había robado al cielo para tener a dónde huir cuando ya no hubiera más espacio sobre el suelo, y recordó ese deseo inmaduro, de algún día poder ser como el resto.
No cabían dudas, sus lágrimas ahora se mezclaban y perdían entre las gotas de la lluvia, y ella hacía lo mismo, se ahogaba entre el gentío del ancho y vulgar mundo…
Ahora puede ser normal. Ahora las preocupaciones son fácticas, los sentimientos materiales, las expresiones taxativas, ja. Todo se volvía tan descriptivo, tan fácil de traducir. Era lo que mostraba y allí terminaba su ser, el límite se fijaba en los ojos del resto, moría en cada pupila como piel, ropa holgada y tintura rubia.
Esto era lo que siempre quiso, felicidad de la barata, sonrisas de cotillón, alegrías de una noche y mentiras diarias para el corazón.
Vivía sin enterarse que sobrevivir era la cuestión. Pareciera que los años se fuesen tejiendo cuando en realidad estaríamos consumiéndolos. Una pantalla de ficción: la misma realidad.
“Lo que siempre quiso…” le cayó la ficha y sonrió. Prendió otro cigarrillo y le pidió perdón a Dios.
El precio de la felicidad fue perder su locura y convertirse en un número más.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Yo no quiero vestirme de rojo...

Por días como hoy, que se repiten mucho a lo largo de un mes, o de una semana. Por días como estos, por tanto atascado en la garganta, por tantas palabras rezagadas... es que este lunes va a ser este lunes.
Me volví a caer, perdón, me volví a equivocar, volví a confiar.

No quiero aprender. La vida me enseña una y otra vez, y no se por cuánto tiempo más voy a poder negarme a aprender... sinceramente no quiero ser una hija de puta más, pero entonces por momentos la vida no te deja otra opción, es mezclarte con el resto o padecer.

martes, 8 de noviembre de 2011

Can we disappear?

Las mejores y las peores decisiones se toman a las seis de la mañana.
Me desperté, como si fuera otoño en el enero del dos mil diez. Sentí las costillas de plomo, los pulmones inflexibles, quise abrir los ojos para despertar y resultó que me encontré con que la pesadilla era la misma realidad.
Hoy fue una de esas mañanas, donde el ‘no puedo más’ les juro que es literal. Siento que estoy al extremo, que estoy a punto de elegir no seguir, entonces acepto hacer cualquier cosa con tal de retenerme un tiempo más.
Hoy renuncié una vez más, y desaparecí. No avisé, me fugué, como suelo hacer siempre frente a las situaciones que se tornan difíciles e inmanejables. O soy muy débil o soy muy fuerte. No es fácil dejar ni huir, a veces, aunque vaya en contra de la mayoría de las frases trilladas, es más difícil huir que hacerle frente a los problemas... porque algunos problemas no fueron pensados para resolverse, sino para marcarnos el camino.
Mi único fundamento es la reiterada sensación de saber que no estoy pisando en el lugar correcto.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nunca digas nunca... porque entonces dirás nunca.

Las relaciones se miden con confianza. Cuanto mayor sea la confianza mayor será la cercanía entre las personas y más resistente será el lazo que los une.
A medida que pasan ciertas cosas, a menudo cuando uno va creciendo, los silencios se tornan inevitables. Y los secretos nos alejan sin notarlo de las personas que amamos, volviéndonos extraños, llenando nuestra cabeza con murmullos que preferimos fermentar dentro antes de dejar que mueran en nuestros labios.
Creí que iba a ser capaz de vivir con eso, con tantos silencios, que dentro mío suenan como gritos con un incesante eco, retumbando una y otra vez en mi sien. Creí que pese a estar alejandome de las personas, de alguna manera podía engañarlas y convencerlas de que seguían tan cerca de mí como siempre... Creí que podría aprender a usar diferentes caretas, y no sentir culpa por ello.
Pero llegó un día en el que ya no pude siquiera confiarme a mi misma mis propios secretos, y necesité colmar mi conciencia de silencio. Llegó una noche en la que ya no pude vencer al insomnio y me volví presa de mis pensamientos. Pensamientos de momentos que murieron y sin embargo en mi cabeza resucitan a diario.
Hay ciertas cosas que una persona, una mujer, no debería contarse ni siquiera a ella misma, lo se, por eso guardé silencio, me volví una extraña, compré cinco gramos de amnesia, y fue entonces cuando supe que ya no había posibilidades de tomar el camino de regreso.
Este es el momento, esta es la línea que las personas cruzan cuando piensan que ya no hay redención, que algunas marcas ya no se borran, y lo que es peor, que estamos obligados a ser y hacer así por siempre. Esta es la parte del maldito camino, donde uno cae en las arenas movedizas y no hace más que resistirse y continuar hundiéndose. Donde ingenuamente pensamos que ya está hecho, entonces lo completamos, nos resignamos. Esta es la justificación de por qué basta con mentir una sola vez para hacerlo por siempre, y no dos, como algunos ingenuos y crédulos dicen.
Aca mueren las personas, y su futuro, o los planes que algunas vez imaginaron para sí. Cuando creemos que el destino nos quita las riendas para llevarnos por su camino, y aun somos nosotros quienes nos dirigimos.
Es como una fuerza de atracción que te lleva, te convence, te aletarga en extender tu presente para siempre, estancándote. 'Así seré por siempre', así o peor, esa es la opción.



Perdí el sentido que le encontraba a escribir en este blog, ya no soy yo quien escribe, estoy mintiendo.

martes, 1 de noviembre de 2011

¿Dónde está mi Rango?

Como ver al vecino, a la maestra de tercer grado de primaria, a mi tío lejano que a penas me acuerdo el nombre... así fue verlo a él, irrelevante, intrascendente. Como hablarle a ese chico que tanto tiempo nos gusto en secreto y desilucionarse luego de las tres primeras palabras.
Lo idealicé en el recuerdo, lo exageré.
Necesité casí veinte horas completas para convencerme de que había una real conexión entre quien añoraba en mi cabeza y quien vestía su cuerpo.
Tanto tiempo escribiendo al pedo. Enamorada de algo que nunca fue, que en efecto no existe.
Me equivoqué, me liberé.

lunes, 24 de octubre de 2011

Esta tortura divina de no poder recordar.

Daría mucho por al menos recordar como era sentir eso.
Daría todo por volver a sentirlo.
Daría todo mi tiempo con tal de que alguien me diera garantías de que algún día voy a volver a sentirlo.
Porque efectivamente se que así será como siempre lo es, pero después de un tiempo de soledad, la cabeza nos juega en contra contándonos historias falsas de personas que nunca más volvieron a sentir y nos colma de temores absurdos.
Porque estos son los períodos más largos, donde no recordamos nada respecto del amor, y se nos figura en la mente como una idea extraña, sólo sufrimos el vacío que dejó al que nos aferramos como el único indicio o huella que nos recuerda que alguna vez existió.

Y no hay caso, siento que estoy muerta, que es mi hora de descanso. Que lleva tanto dolor el amor consigo que son realmente necesarios estos lapsos insesibles para tomar fuerzas para el próximo desengaño.
Quiero algo fugaz, una mentira brillante. Sólo un poco, para calmar esta adicción.
Y sin embargo estoy tan bien desde que nadie crea y rompe promesas a mi lado.. !
Es como la nicotina, después de un tiempo sin fumar, te sentis espléndida, respiras mejor, estás de mejor humor a medida que pasa el tiempo, y sin embargo, pese a todos los beneficios que ganas al dejarlo, ninguno es tan fuerte como el de volver a probarlo. No importa que inviertas guita, salud, tiempo, no importa que te encamine a la muerte, no importa absolutamente nada, porque frente a las adicciones, la cabeza se anula y nuestra mente no piensa. El cuerpo, asi como el corazon, exije, pide, necesita.. y nuestra debilidad accede al pedido.
Necesito otra vez esa sensación de estar perdida, esa ilusion de sentir que hasta ese día en que lo conociste siempre habías estado muerta sin siquiera notarlo. Cruzar ese límite racional, reducir el mundo a un sólo nombre. Aunque después de un tiempo, te estampes contra el muro, te averguences de lo que hiciste y te des cuenta que no era ni un cuarto de lo que merecías... ese breve momento en el que llegamos a convencernos de que es perfecto y de que abarca de forma completa la definición de felicidad... es el que vale la pena frente a todo lo que sobreviene detrás.


Fui al quiosco y les pedí unos Luckys mentolados de veinte, no había. Le pedí entonces lo más parecidos, me ofreció la edición nueva de Phillips. Los compré sin problema.
Pero son horribles, son muy distintos. Los Luchys son refrescantes, fríos. Los Philipps tienen el sabor de la hoja de menta.
No obstante los sigo fumando, aunque sepa horrible, aunque no sea lo que espero, así por lo menos calmo mi ansiedad por nicotina, alimento mi adicción.
Asi de esa misma manera, me esta pasando con los hombres. Los únicos que consigo últimamente son todos Phillips Morris.  Y sin embargo, no puedo desistir a probarlos.

domingo, 16 de octubre de 2011

Superar el "te extraño", convencerte de que no lo necesitás.

Existen algunas cosas, que si de nosotros dependiera se nos haría imposible dejarlas ir.
El día que se me acabaron todos los motivos, y ya no tenía de donde sostenerme mientras veía como se iban los días, decidí dejar todo, abandonarlos e irme. Entonces descubrí, que pese a que el mundo quizás no significaba nada para mi, yo significaba el mundo para alguien.
Ese díam me forcé a fabricarme motivos para seguir, pequeñas cosas que me distrajeran mientras los días fueran bofetándome la cara a su paso.

La gente dice que repito mucho la frase " X cosa me hace feliz", y tienen razón. A menudo cuando alguien no está de acuerdo con lo que hago, lo suelo disuadir con que tal cosa hace a mi felicidad, o por lo menos contribuye a mi bienestar.
"-No podes salir de jueves a domingo!
- Pa, ¿por qué te molesta tanto? me hace feliz.."

"- ¿Para qué querés volver a ver a Roma?
- Porque lo extraño, me hace feliz verlo."

"-Hey! ¿por qué no largas el cigarrillo?
- No quiero, te juro que fumar me hace feliz."


Etc, etc...  Usando a la ligera la palabra, quizás aunque exagerada, no esté tan equivocada. Son las pequeñas cosas que le robo a los días las que me mantienen de pie. Es ese pucho a la mañana, ese café cargado, es esa novela de la tarde, es salir a correr un rato, una barra de chocolate, una fiesta hasta las doce del mediodía, un novela de Sidney, una pelicula en familia después de comer.
Insignificantes, si sacaras todas ellas, aparentemente podría seguir viviendo perfectamente... pero ¿y si te digo que con una menos la noche tarda más en caer, o el despertador suena más bajo..?

Cuesta dejar lo que uno quiere, yo soy de aferrarme demasiado a las cosas, odio la rutina y me gusta hacer siempre algo nuevo, pero dejar las cosas viejas no me resulta nada fácil.
Hoy sentí que hace un año, o quizás más, estoy estancada. Repetí muchos errores, me olvidé de todas las enseñanzas que supuestamente nos van dejando las cosas malas y malgasté el tiempo. Sigo parada en la misma baldosa desde hace un largo rato, y me exasperaba durante todo este tiempo ver que a la gente que me acompaña le pasa lo mismo, se mantenía siempre igual... hasta que hoy me di cuenta que yo también sigo de algún modo petrificada. Lo único que baja es la cantidad de tiempo, de neuronas y de ganas. El resto es la misma basura reciclada.

Quizás para encontrar lo que realmente queremos o nos merecemos, tenemos que hacer el esfuerzo de dejar ir las cosas equivocadas que hoy estan ocupando su lugar. A veces rellenamos nuestra vida con piezas que no encajan simplemente por ese afán de suprimir los espacios vacíos, y cuando llega la pieza que realmente va... es tarde. Porque aunque no parezca, somos nosotros los que manejamos de alguna manera el reloj de nuestra vida.
Fijar algo que queremos en nuestra cabeza, y trazar el circuito en el mapa para alcanzarlo, paso a paso. Se empieza limpiando. Borrar de la memoria lo que unicamente ocupe espacio y prepararse para volver a grabarla.

martes, 11 de octubre de 2011

- Vos hacé lo posible, que de lo imposible me encargo yo. Me dijo.

Me parece injusto desaparecer siempre que estoy bien. Asi que por lo menos voy a pasar a dejar el presente y a decirles que ultimamente ando muy bien. Sí, digamos que estoy muy feliz, de alguna manera aprendí a estarlo aunque las cosas se mantuvieran imperfectas (como de otro modo no podría ser).
Simplemente eso, vengo a darle una sonrisa a este blog que carga tantas angustias.
Y a darle un gracias inmenso a Dios, porque nada podría estar mejor.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Primavera postergada.

Once de la mañana, llega mamá a casa con la primavera estampada en la remera, con un aire liviano e inconteniblemente alegre, llevando en la mano una rosa de plástico. Sí, esas artificiales de tela o de algún material “duradero”, que vienen con una especie de pegamento, algún tipo de sustancia transparente que se solidifica a modo de pequeñas gotitas intentando imitar el ‘rocío’. Una rosa, rosa, artificial. Me da un beso, un abrazo, de esos con mucha carga que vienen esperando desde el anterior cumpleaños o la navidad pasada y me la regala con una sonrisa.

Más tarde, llega papá con la misma envidiable energía. Me dio un beso, agregó un 'feliz primavera princesa' y sacó escondida, detrás de su espalda, una macetita negra con florcitas amarillas...  me dijo que la sacara al sol, que la regara y que en unos se iba a ocupar de plantarla en el jardín.

Y por último llegó él, que a esta altura podría llamarse Pablo, José o Eduardo y daría lo mismo. Me dio un beso en la boca con la lengua hundida hasta mi tráquea, me agarró bien fuerte por la cadera y sacó de la espalda un ramo de flores de veinticinco colores distintos, que definitivamente no combinaban, y a modo de galán recitó: “una flor para otra florcita”.

¿Es curioso no? Ya casi diez días desde aquel día, y la flor de mamá descansa en el lapicero de mi escritorio impecable, las florcitas amarillas de papá están durmiendo felizmente en el jardín, en cambio el ramo de Pedro o Nicolás, está completamente marchito, con las hojas en sepia y los tallos doblados.
Sí, puede que un poco de culpa tenga, puede que haya olvidado ponerlas en agua o hasta incluso de haberlas sacado del envoltorio... pero aun así, si me hubiera esforzado en hacerlo... ¿cuánto más creen ustedes que hubieran durado?


El amor es como una flor, algunas duran para toda la vida, otras crecen más y más a medida que pasan los días, y otras... simplemente se marchitan de tanta hipocresía.

martes, 27 de septiembre de 2011

Cada día que pasa me parezco menos a mi.
Anoche ya no necesité prender el televisor para poder dormir.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

La parte del cuento donde el bueno va a morir.... pero decide volverse malo y sobrevivir.

Quizá debería felicitarlos a todos ellos, porque aunque no por sí solos, juntos entre todos lo lograron.
Me lograron un especie diferente, me abarataron y me perdieron entro otros tantos millones de ejemplares. Hoy soy tan de todos y tan de nadie. Me quitaron las ganas de volver a estar sola y las ganas de querer estar con un solo alguien.
Nunca digas nunca, porque en el momento que te prometes que nunca lo harás ya estás afirmando que aunque no sabes cuando, pasará.
Hoy le doy sí, a todo lo que alguna vez no supo como entrar en mi cabeza o no supieron como manejar mis manos. Eso que ayer me aterraba ser es lo que hoy veo cuando me veo en el espejo.
Tal vez no le pueda echar culpas a otros hombros que no sean los propios, pero dios, ¡siento que hubieron tantos culpables para este par de manos ensangrentadas...!
Tengo tantos nombres grabados cuando hago una revisión de los murmullos constantes de mi cabeza.
Aprendí a callar lo que mi cabeza dice y yo no tengo el gusto de escuchar. Aprendí a creer que basta pronunciar algo con los labios para que se vuelva verdad... El mundo y yo, somos lo que yo pienso y le demuestro al resto que somos. Lo objetivo es mentira, nadie conoce demasiado algo como para poder opinar sobre ello objetivamente.

Tengo las riendas de las agujas del reloj, tengo la brújula y mi propio norte, tengo todas las fichas de la ruleta en mis manos y todos los números a mi disposición. Aprendí que no existe ninguna escalera para llegar hasta allá arriba, que la única manera de trepar es ir escalando de persona a persona. Aprendí, muy mal quizás, que todas las apuestas hay que redoblarlas, sean buenas o malas, que la justicia no es una balanza, que la venganza siempre debe ser el mal sumándole por lo menos uno, y que cuanto más sume más justo será. Aprendí que hay que ser lo mejor en todo, hasta en lo peor, que hay que ser oveja y lobo... y hasta pastor, juez, parte y espectador.

Me enseñó la vida, me enseñaron aquellos a los que la vida le enseñó. Nos enseña a todos lo mismo, y hoy soy todo lo que alguna vez juré nunca ser.
Me siento más libre, el mal es una fuerza de temor que nos estanca cuando tenemos miedo de tocarlo, pero al aprender a dominarlo podemos encontrarle un sin fin de utilidades.
Es un juego de ajedrez, con la diferencia que la vida es el tablero y todos somos piezas blancas Y negras y entre todos nos vamos devorando.
La vida es un juego de canibalismo, yo no inventé las reglas simplemente aprendí a jugarlo.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El corazón tiene razones que la razón no entiende.

Me siento a charlar, de un lado yo, del otro me observa fijo la razón.
Este no es un texto que guarde coherencia, así que si eso esperan encontrar recomiendo que pulsen la tecla de escape y prendan el televisor.
Me senté a hablar, estaba desesperada, nerviosa con las manos inquietas, los ojos desorbitados y la piel sudorosa. Nuestro cuerpo acostumbra a reaccionar de formas extrañas cuando experimenta por primera vez una sensación, cuando se enfrenta a “algo” que nunca antes se enfrentó.
En fin, me exaspera darme cuenta que hay infinidad de sensaciones y un sin límite de puntos máximos. Uno siempre tiende a pensar que llega al clímax, cuando soporta sensaciones tan fuertes (para bien o para mal), siempre pensamos que fue lo mejor o lo peor. Para nuestra cabeza y nuestra soberbia, creemos que nadie ama como nosotros, nadie sufre como nosotros, nadie es más bueno o más hijo de puta que nosotros, nos convencemos constantemente de que somos protagonistas de una vida única y particularmente excelente o deplorable, pero nunca ‘tranqui’, e incluso si nos llegara a parecer que es definitivamente “tranqui”, nos parecería que es por excelencia una tranquilidad sublime, jaja.
A lo que iba, retrocedo, siempre me convenzo de sufrir las más penosas angustias, pero mi corazón esta tarde, en la de ayer y en la de mañana se topó y topará con una angustia, no mayor ni menor en cuanto a intensidad, sino diferente. Diferente a todas las angustias anteriormente sufridas.
No entiendo, no entiendo el dolor concreto, no entiendo esta impotencia que fermenta en odio, hacia mí, hacía él, hacía ellos que hoy descansan como cadáveres en mi presente pero que en algún pasado estuvieron tan vivos como para hoy poner en duda mi existencia.

¿Qué carajo me pasó? Era un témpano, lo juro, era un maldito témpano, y hoy no soy nada, soy su sombra, soy la vereda de enfrente de su casa, soy la copa que descarta en alguna barra. No soy nada, soy mensajes sin respuestas y llamados que terminan siendo llantos, soy una sonrisa... la sonrisa más triste de todas.

Sacó todo, y lo apenó dejarme vacía, entonces me llenó de angustia, de resentimiento y de odio, para asegurarse de que estuviera acompañada un tiempo.
Quiso irse, en efecto lo hizo, pero no hasta cerciorarse de que su recuerdo me acompañaría por un buen rato. Porque él no está y no va a volver, está solo o quien sabe con quién, pero sabe que aunque él duerma sin mí, yo sigo durmiendo con él.

Querida razón, creo que empezaste a usar palabras que hasta ni yo comprendo para intentar hacerme entender que soy necia, crédula y que me niego a perder.
Querida razón, yo entiendo por demás, sos vos ahora la que me tiene que escuchar.
El corazón tiene razones que la razón no entiende... dicen, y así es. No me preguntés por qué, porque diga lo que diga siempre vas a saber como contestar, como descalificar y cerrar cada conversación convenciéndome de que estoy mal, de que estoy confundida y de que claramente no tengo la razón (por estúpido e ilógico que suene).
Pero quisiera que intentaras imaginar, que hay ciertas cosas que no podés procesar. No se traducen en lógica los sentimientos. Y lo que hoy yo siento, pesa más que todas las razones que vos me puedas enumerar.

Vale la pena darse contra la misma pared cuarenta y cinco veces, vale la pena las ciento veinticinco noches que llevo de llanto y en vela, valen la pena esas ganas ahogadas de perder la conciencia, esos millares de preguntas desconsoladas sin remitente, vale la pena dejar mi casa, salir corriendo, apostar mi vida y perderla, vale la pena quedarme sin nada, porque nada es lo que siento.
Porque te juro que si estarías dentro mío, corriendo como la sangre de mis venas, me acompañarías al casino a apostar esa vida, me abrirías la puerta de casa para que huyera, me harías compañía llorando conmigo cada noche y me guiarías hacia esa pared una y mil veces porque no te cansarías de verme golpear y caer, golpear y caer...
Por que me abrirías el cuerpo y sacarías lo que fuera para sacar el dolor, me arrancarías hasta el corazón con tal de aliviarme este mal...
Me entenderías lo sé, si callaras tu razón, si sólo sintieras lo que yo, dejaría de importar que el no me quisiera, dejarían de saber el amargo de todas sus mentiras, perderían su figura los rostros de todas las demás, nuestros oídos serían sordos para lo que no queremos escuchar y cerraríamos bien fuerte los ojos cuando él me dijera que los debemos cerrar.
Todo lo que hoy criticas, se justificaría. Cada estupidez, cada error, cada lágrima... cada maldito minuto que sufrí por él, se justificaría si sintieras lo que yo llamo amor.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Me hace tanta falta el dolor que me dabas... sólo eso.
Es insoportable sufrir sin vos. Es insoportable no tener motivos para estas lágrimas, no tener un nombre para esta soledad.

jueves, 1 de septiembre de 2011

To be or not to be?

Entre las muchísimas cosas que perdí este tiempo, estaban las ganas y mi pasión por escribir.
Me di cuenta que ya no tengo ganas no solo de escribir, sino que ni siquiera de procesar la vida en mi cabeza. ¿Hace cuanto no freno el tiempo para reorganizar conceptos, coordinar reflexiones o cocinar conclusiones?
No es que me sobre el día, (porque la gente angustiada sabrá entenderme muy bien cuando confiese que llorar es una tarea que ocupa mucho espacio del reloj, y más aun cuando la misma se vuelve una actividad cotidiana) pero realmente tendría, si quisiera, algunas horas extras para sentarme a plasmar pensamientos.
Pero no, últimamente largo vómitos de sentimientos reprimidos, que como me avergüenza escupirlos al mundo los escondo en la dimensión virtual. Y eso soy yo cuando escribo: una solterona de cuarenta y ocho años, divorciada en dos oportunidades, con trece kilos por sobre la media que propone el índice de masa corporal, que esta desesperada por recolectar migajas de amor, y mendiga... atemorizada por terminar sola, al punto tal que cree que cada hombre que se le cruza en el camino podría ser la última oportunidad de enamorarse en su vida.

Si nadie me conociera, si de prepo cayera en este blog y leyera, juro por dios que me haría una imagen mental así de la persona que escribe.
No hace falta aclarar quien soy, ni mi edad, ni lo que tengo, objetivamente. Porque por más que tuviera todo lo que quisiera, mientras me siga sintiendo de esta manera es lo que voy a seguir reflejándole al mundo.
No me canso de repetirlo, el mundo nos ve a través de nuestros ojos. No importa lo seamos importa lo que nosotros creamos ser, porque efectivamente eso seremos.
Cuando las cosas me salen mal (y les aseguro que eso es muy a menudo) suelo repetirme una y otra vez ¿por qué? ¿por qué mierda a mí?
Ahora me doy cuenta que soy la culpable de todo eso, que cada respuesta es porque yo decidí o sentí que así debía ser.
Podemos pasar la vida pensando que no nos merecemos nada y así nos vamos a quedar, con las manos vacías, mientras miremos con desconcierto al hijo de puta de al lado que se cree Calcuta y tiene todo lo que se le antoja (no hablo en sentido material, me parece que está demás aclarar, pero últimamente tuve el infortunio de cruzarme con mucha gente de esa calaña que malinterpretaba todos mis conceptos).

Otra vez me veo escribiendo un texto autocompasivo, de autoayuda, de gente mediocre. Algunos escriben y otros leen, algunos producen y otros miran, algunos viven y otros simplemente analizan.
Soy de los que leen, los que miran y analizan, los que se olvidaron de vivir y cuando están al borde se acordaron que la consigna del juego era simplemente aprender a ser feliz.
Soy de los que piensan que ya es demasiado tarde cuando apenas están comenzando, de los que creen en un destino escrito mientras lo escriben, soy de la rama de los incoherentes y frustrados, los que están paralizados por el temor de ser alguien, aquellos que los petrifica la sola idea de distinguirse.
¿soy eso? ¿o eso pienso que soy?
Y si lo pienso... ¿efectivamente lo soy?
Y si en este preciso instante decidiera voltear todos mis pensamientos... ¿quién sería?
Nadie es, todos elegimos ser.
A ser lo que quiero entonces, ¿qué espero?

martes, 30 de agosto de 2011


Por momentos siento que se me acaban las mejillas,
que ya no tengo por dónde recibir las bofetadas.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Extraño ser lo que era antes de conocerte.

sábado, 20 de agosto de 2011

Gracias, por devolverme todo lo que alguna vez elegí perder.

"Cuando el amor profundo de tú vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas... el mensaje no es que no te lo mereces... el mensaje no es que no eres importante... el mensaje es que tú mereces algo mejor."


Thank's God.

viernes, 12 de agosto de 2011

Y cuando ya no quedan cosas buenas para recordar, te empiezo a olvidar, porque el dolor es deleble a la memoria del corazón.

lunes, 8 de agosto de 2011

Ya estoy buscando tinta nueva para empezar a escribir en la página siguiente.

jueves, 4 de agosto de 2011

Si amas algo dejalo libre, si vuelve a tí es tuyo, si no vuelve nunca lo fue.

Y me cansé, entre otras cosas de tener las uñas cortas, del té de frutos del bosque con leche, del pucho de antes de acostarme, de las tres cuadras hasta la Terán sacando a pasear al gordo, me cansé del frío y de este invierno que parece eterno. Me cansé de la aguja petrificada sobre dos mil gramos más de lo que siempre espero, y hasta me cansé finalmente del amor que les tengo a papá y a mamá.
Me cansé de amar tanto hasta el punto de olvidarme de mí, de ser el último orejón del tarro. Me cansé de creerte, de mentirme, de converncerme que me amás.
Me cansé de dejar entrever que siento que mi vida vale tan poco, que la vendo por vos. Me cansé de perdonar, de ser injusta con mi pasado, de traicionar a mi dignidad.
Me cansé de escupirme frente al espejo, de retrucar los piropos, me cansé de esperarte, de llamarte, de llorarte. Me cansé de ser buena, del insomnio, de ser un imán al dolor, me cansé de abandonarme, me arrepiento tanto de haberme dejado tan atrás...

Me cansé, de tener miedo aun no teniendo nada, de ser feliz y aun así quererme morir, de la bipolaridad, de la locura, de lo insano, de no ser ni el dos por ciento de lo que soy. Me cansé de este armario y de vos y las otras millones de personas que son nada más que obstáculos en mi vida, que piedras en mi camino, de pinchecitos que clavan despacito, y que con malicia y cargos de conciencia inexistentes me convencen de que no merezco ser feliz, que no merezco ser amada.
Me cansé de contemplar el final, de pasar los días construyendo mi lecho de muerte, no haciendo otra cosa que no sea preparar y planificar mi final. Me cansé, me cansé de estas uñas cortas, del taco de la bota sin arreglar, de que no me alcance el cuero ni para fumar. Me cansé de que me toque siempre el papel de la boluda buena, de la engañada, la que al final de la película le cae el balde de agua fría. ¡¡¡Loco me cansé de ser infeliz!!! Y puedo tener al amor de mi vida, a mi familia, a Roma que es lo que más amo, y lo que quieras sumarle, y la puta madre sigo siendo infeliz!
No podemos tener nada si no nos tenemos a nosotros mismos. Y me dí cuenta, que anduve tan preocupada por apretar bien fuerte lo que amo, para impedir que se me escurrieran de las manos, que me olvidé de amarme, de asegurarme a mí misma, de hacer de mi una persona linda, feliz, alguien con quien de gusto estar. Que por eso los demás huían, por eso la soledad que no es física... Porque si  dentro de mí ya no hay nadie, ¿como podrían estar conmigo... acompañando a quién?

martes, 2 de agosto de 2011

¿Por qué?
Contestame el por qué, nada más que eso.. ¡¿Por qué?!

miércoles, 27 de julio de 2011

No existe manera de hacerte entender lo que vos doles. No hay forma, ni siquiera remota, de darte una idea de lo que implica sufrir por vos.
El amor se mide con dolor, no con la cantidad de te amos dichos sino con la cantidad de lágrimas que derramamos en su nombre.
Me siento vacía. Hoy me despierto aferrada a lo que fuiste conmigo, y sin embargo ya no tengo con qué llorarte, te llevaste todo.

Miro para el costado, busco a mi alrededor, intentando imaginar si alguna de todas aquellas personas podrían intentar tomar tu lugar.
Enseguida pierdo el interés, las ganas de olvidarte, y una vez más prefiero vivir con el dolor a vivir sin vos.

martes, 26 de julio de 2011

Desglosando el inconsciente...

El esmalte negro descascarándose sobre sus uñas casi inexistentes, los párpados superiores inflamados, las pestañas agrupadas de tres a seis. Ojotas, unos jeans pescadores deflecados y un sin fin de garabatos sobre su cabeza entrelazando sus cabellos a medio teñir con sus pensamientos descoloridos.

Era un bellísimo diamante cubierto por una capa de barro de unos cuarenta y cinco centímetros de grosor. ¿Faltaba pulir?

"¿A quién vas a culpar? Por estar enterrada tantos metros dentro de vos misma.. ¿A quién vas a señalar? Cuándo busques al ladrón que se llevó todas tus sonrisas.. ¿A quién vas a buscar? Cuando se te hayan perdido todas las caras amigas.."
Se preguntaba frente al espejo, y aunque inmutable, el espejo con sólo reflejarla respondía correctamente a todas ellas.

Duele no reconocerse cuando se tiene enfrente uno mismo, los años no pasan solos, a veces cuando pasan se llevan consigo algo de vida.. y de a poco nos vamos apagando. 

De a poco también comenzaban a reflejarse esas pequeñitas, casi imperceptibles marcas de la angustia, esas que la vejez remarca y sobre nuestra cara misma publica nuestra vida, delatándo el pasado de uno.

Y uno entonces, aprende a reprocharse todas las mañanas en el espejo el no haber podido aprender nunca cómo sobrellevar las angustias. 

No hay retrato más dramático que el de la juventud desesperanzada. ¿Cómo de antemano inciendar un futuro todavía no escrito?

Podía cansarse de todo lo que la vida le diera o le quitara, pero de sufrir... ¡Dios, sí que le gustaba sufrir! Por las mismas cosas, una y otra vez, y a la par, incesante, buscaba nuevas formas de provocar más dolor, de todo tipo, experimentarlo, sentirlo, reproducirlo..

Hasta una vez llegó a jurarse, no morir sin antes convencerse de que es algo realmente 'bueno' sufrir, y que debería gustarnos y disfrutarlo de la misma manera con la que gozamos y recibimos al amor y a la alegría.

Era inocente, aun en todo lo que había experimentado, podían ensuciarla y pisotearla, pero al día siguiente amanecería limpia y erguida. Era impermeable, reciclable, era su valor lo que permanecía intacto sin importar cuan fuerte dispararan.

Cerraba sus puños e inocua rezaba por una justicia divina, contradiciendo su vida misma, sus estudios. Se sentía incapaz, no apta para aplicar por su mano la justicia... ¿Acaso el tiempo es renovable?

No todas sus cicatrices fueron fruto de su propio arte, habían sido muchísimos los artístas que habían echado mano para lograr esa escultura de mujer dañada, esos trazos, profundos surcos que sólo los rellenaba el dolor. Pero ella permanecía en silencio, guardándose para sí el nombre de cada uno de sus asesinos, sabiendo que detrás de cada homicidio estaba la previa invitación que ella misma les había entregado, deseosa por morir en sus brazos.

 
"¿Cuántas veces es necesario morir para empezar a vivir?"
Ahí estaba, dentro de ese interrogante, la estima derramada: ¿Por qué creía que debía pagar un  precio por ser feliz?, ¿por qué se convencía de merecer sufrir para luego quitarse la culpa al sonreír?

A veces uno no tiene la capacidad de verse con sus propios ojos, y cuando se busca a uno mismo en los espejos, vemos lo que nuestras mentes piensan y no lo que la realidad refleja.

Ella, muy inteligente y sagaz, que brillaba en la velocidad que tenía al pensar, era ciega, y su visión se limitaba a lo que veían los demás.




Se puede decir que todos los párrafos son un mismo pensamiento de mi cabeza, que todavía no fue pensado (dándole validez a la redundancia, o sustituyéndola por 'procesado').

viernes, 22 de julio de 2011

Todavía puedo.

Lo odiaba, desde aquel primer momento en el que sentí pena por mí, al descubrir que empezaba a quererlo. No se si toda mi vida, pero por lo menos desde hacía dos años estaba acostumbrada a ser una nena de hielo, bajo el disfraz de una mujer cálida. Escondía rechazo y apatía bajo un gran manto de carisma. Los años me fueron moldeando hasta convertirme en una pieza de peculiar forma, bastante original.. nunca antes vista. Una pieza que jamás encajaría en el rompecabezas de ningún esquema. Y entendí que estaba hecha para quedarme aislada, para hacer de mi misma lo que todos los demás hacen en grandes grupos: una única figura.
La vida de pronto se volvía taciturna por las fuertes oleadas de la soledad, los esporádicos abrazos eran filosos y había que tener cuidado en no apretar demasiado o veces uno podía salir lastimado. Mi cabeza configuró un futuro llano y sin promesas, creyendo que petrificada ante el temor, mi destino sería vivir anclada en el medio de esos dos grandes paradigmas que dominaban el mundo vivo y muerto, debía elegir (o condenarme a ahogarme entre el público) entre el sádico estilo de vida de los que pisan, o entre el que solían decir ‘pacífico’ grupo de los pisoteados.
La vida del amor que decían traer felicidad no funcionaba de esa manera, tragaba el rencor y lo eliminaba en sanas formas de descarga, analizaba y reanalizaba la maneras en que se desenvolvían las personas retorcidas en miseria. El planeta estaba lleno de caníbales dominados por la ley del más fuerte, y de pronto sentí, que la cadena alimenticia estaba llegando a mi eslabón y me tocaba el turno de irme consumiendo.

Sobreviví, no se a quién dirigir las gracias, pero acá estoy, tampoco muy segura de agradecerlo o lamentarlo, pero una vez más acá estoy. No fue sencillo y tampoco gratuita esta segunda, quinta o decimoctava oportunidad, a cambio se llevaron todo....
Me dejaron un vacío por alma y una secuela en la cabeza, perturbada, alterada, distinta. Me cambiaron, me vendieron y me compraron, me usaron y me gastaron. E instauraron entre mis entrañas el mayor temor de todos: no temerle a nada.
Sin miedo, sin nada que perder, arrastrándome, sedienta por recuperar espacio, haciendo lo que jamás me hubiera creído capaz sólo por trepar un poco, por ver algo de luz y dejar que me golpetee en la cara un poco de aire frío.

Una vida a cuerda, impulsada por un calendario de hojas que caen por inercia, por gravedad, porque alguien programó que así fuera. Un sol negro que sale y se esconde sin permiso, sin bienvenida, y sin el deseo de que alguna vez regrese.
La vida era una línea recta... entonces la tome entre mis manos, como si se tratara de una cuerda, y meneé la muñeca haciéndola zigzaguear, desordenando todo ese horizonte que alguna vez, ingenua, rotulé como ‘mi futuro’.
No podría de ninguna manera decir que estoy peor... antes no tenía nada, absolutamente. ¿cómo podría el vacío ser peor si se lo rellena con un ‘mal contenido’? Los dejo a su libre juicio. Yo prefiero el odio a la indiferencia, la angustia a la apatía, las lágrimas a la indolencia. Sentir lo peor, a no sentir nada.

Por eso, y ahora explico este gran previo despliegue, por eso mismo cierro los ojos y elijo arrastrarme a su lado. Por eso mismo, prefiero llorar cada puta noche que me quite el sueño, antes que dormir y no poder soñar nada. Prefiero sufrir por amarlo, y no vivir impotente sabiendo que voy a morirme insensible.
Porque llegué a pensar que esa cosita que tenemos adentro que duele como el infierno misma, alguna vez había dolido tanto que se me había muerto. Y hoy amanece doliéndome de nuevo... Confirmándome que todavía sigo viva y puedo seguir sintiendo.
Quizás esta sea una excelente, y muy difícil de refutar, hipótesis que explique porque puede resultar tan atractivo y placentero ‘sufrir el dolor’.

jueves, 14 de julio de 2011

V of..

Llegará, posterior a reiterados avisos, el día en que se me haya vuelto imposible mirarte a los ojos fijo. O aún peor, temo en que llegue el día en que aprenda a mirarlos sin sentir culpa por lo que oculten mis pupilas.
El sacrificio que pago por estar al lado tuyo, es ni más ni menos que mi dignidad misma, el precio de mi moral son tus labios, mi conciencia tranquila es lo que invierto a cambio de tenerte conmigo al menos por algún tiempo.
Pasa la vida comprimida en nuestros días y cada vez te veo más reflejado en mí. Estas convirtiéndome en eso que sos, estoy aprendiendo desesperada a como callar el inconsciente, a cómo creer mis mentiras y convencer al mundo de que compartimos la realidad que yo prefiera. A poder dormir profundamente aun sabiendo que hay una pila de muertos viviendo en mi placard, murmullos constantes de un pasado que de alguna manera (me asegurás) que es posible ignorar.
En definitiva, aprender a ser lo que muestro, lo que aparento y no lo que realmente soy. Tener el dominio de nuestra memoria... Implicitamente esas fueron tus pautas. ¿Se puede?

Es tan ficticia tu sonrisa, tan pobre tu felicidad... y voy rumbo a eso, a compratir una vida de miseria, a convencerme de que los únicos que juzgan son los terceros, y que si de alguna manera lograra engañarlos y despitarlos, entonces definitivamente alcanzaría a eximirme de la carga en mis hombros. ¿A quien intentamos engañar? No se si hay alguien que pueda vernos o no, pero nuestra cabeza no olvida, nuestro corazon no cicatriza, y lo que hicimos vive latente adentro nuestro, ¿hasta la tumba? Seguro, e incluso si hay un después, consto que nos va a acompañar hasta donde no se termine. Somos los únicos verdugos en nuestra vida, los únicos jueces, cada quien es el único de sancionarse a sí mismo.

Y aca me ves, arrepentida de actuar como quien no soy, de grabarme cicatrices en la conciencia que no merezco, y sólo por vos, por torturarte en silencio, lastimarte en secreto, sin la necesidad de que sepas que mi amor de alguna manera (al menos en nombre de la venganza) también lastima, y sabe muchísimo más el dolor cuando no te enterás.

Porque me sentía muy estúpida al recibir tus golpes con la cabeza gacha, y porque se, creeme que lo se, que después de tanto tiempo de llevar el papel de la inocencia, después de que te lo hayas creido (y te juro que hasta esta noche fue verdadero), dolerá muchísimo más el impacto, el desconcierto frente a la sorpresa de que aun enamorada, quizás entiendas que desde hace un tiempo ya no te quería.
Que quizás detrás de esas lágrimas (siempre puras), exista un ser que al igual que vos sepa lastimar, y que en honor al amor que sentió, se tome la tarea de hacer un trabajo fino y prolijo, con tal de hacerte entender lo que sufrió.

viernes, 8 de julio de 2011

Que si mis viejos realmente me amasen, no entiendo por qué se empeñarían en hacerme infeliz.

sábado, 2 de julio de 2011

Hace mucho tiempo que mi vida no estaba tan mal como ahora. Es decir, yo estuve en muchas oportunidades mal y mil veces peor de lo q hoy estoy... pero mi vida no, mi vida siempre fue perfecta, los problemas siempre estuvieron adentro mío.
Hoy no, hoy el mundo se me desmorona. No se de donde agarrarme, para donde tirar. Está oscuro, estoy sola y las únicas luces que veo están nubladas. Va más allá del dolor, es algo más lo que ahora me afecta.
Me siento desesperada, siento que estoy al límite de no poder volver para atrás nunca más.
Cierro los ojos aprieto las manos y no retengo nada.. No quiero despertarme una mañana y darme cuanta que ya ni siquiera a mi misma me tengo.
Quiero que pase hoy, mañana, esta semana y hasta un par de años, quisiera dejar pasar la vida entera y no tener que sufrirla.
Dios, te juro que esta no soy yo. ¿qué me está pasando?

jueves, 30 de junio de 2011

Que mierda es todo... sali de mi vida por favor... o vivi a mi lado... te lo suplico... quiero que el sufrimiento se termine...


(Lo encontré en el muro de alguien en el Face... tal como si hubiese salido de mí, desaparecé o soldate a mis huesos, pero no sabes lo que duele arrancarte día por medio de mi alma, de mis proyectos, y al día siguiente permiterte entrar de nuevo. Me está matando)

martes, 28 de junio de 2011

Muñeca de todos, juguete de nadie.

Impenetrable, imperturbable, insesible, intocable...
La única forma de llegar a mi es atacándome, produciendo dolor... y ya ni eso. No me provoca nada, vengas o te vayas. Invertí un tiempo considerable en vos, pero ya se te acabó.

Que pase el que sigue, y el siguiente al mismo, y el próximo a ese, y no necesariamente tenés que irte vos. Son tan poco cada uno, que necesito a varios para tener uno completo.

lunes, 27 de junio de 2011

No hay derecho.

El odio y el amor son sublimes cuando se funden en un mismo sentimiento.
Me produce todo tantas cosas, estoy tan sensible, tan vulnerable, tan fría, tan cambiante... multiples personalides y sensaciones, y necesidades e independencias. Mi vida esta completamente vacía, pero mi cabeza desborda, tengo tantas cosas y a la vez aprieto tan pocas.
Anoche me di cuenta que definitivamente ya no me duele el dolor. Fue culpa de la costumbre, lo juro, fueron los días que iban pasando como bofetadas, los que volvieron las lágrimas un pasatiempo.
Puchos, café cargado y lágrimas... son todas adicciones, que sin necesitarlas realmente, mi cabeza se rehúsa a cooperar sin ellas.
No se a que voy, no se por qué carajo estoy aca escribiendo cuando tendría que estar con la nariz sobre los benditos apuntes de derechos humanos. Ya es habitual, las noches previas a parciales tengo las neuronas revolucionadas y las hormonas a full, necesito descargar. Pero como descargar algo que ni siquiera me doy la libertad de pensar concretamente y mucho menos de tipear...

Me siento tan cupable, dios, tan voluntariamente engañada, ¿que diria si me viera la Natalia de hace un año atrás?
Dios! dios yo era tan impenetrable, tan distante, tan organizada y atenta en separar sentimientos y debilidades. ¿Amor? Dejame seguirlo negando, dejame seguir convenciéndome de que es cuestión de tiempo, de que sigue siendo un capricho, de que es la falta de afecto y la necesidad de dormir entre un par de brazos conocidos y no de extraños. Dejame convencerme de que la soledad me aburre pero me extraña, de que puedo volver a llenarme conmigo, y no necesitar a nadie. De que todos son iguales, y sólo varía el nombre, el pelo y el color de los ojos... Dejame recuperar ese interés que perdí por todos los demás. Todos los ojos se volvieron de pronto vacíos menos los de él, que sólo cargan mi dolor.

Me intriga tanto saber, si vas a seguirme perturbando la cabeza todo el tiempo, literalmente, aun despues de que dejes de lastimarme, si es que en algun momento caes en mi brazos.
¿Sos vos o es tu capacidad de lastimarme tan exquisitamente lo que me tiene así...? Mmmm... ¿loca?¿obsesionada? Enamorada. ¿Soy yo? Esta es una situación creada por mí? Quien de los dos maneja a quién.. no, no en serio, más allá de lo sumisa que me volví frente a la tendencia firme de tus palabras... ¿Será que yo busco sentirme así? Doler, ya no me duele el dolor... ¿me gustará tanto como para envolvernos a los dos en esto... o simplemente encajaste perfecto con tu estrategia dentro de mi juego? ¿Quién está jugando? ¿Quién de los dos me miente más: vos a mi, o yo a mi misma, y por ende a vos también?
Estoy tan desepcionada. ¿Cuanto tiempo vertí? Invertir amor, para ganar dolor y hacer un canje por experiencia. ¿La vida es eso? ¿Y si no quiero llevarme la experiencia? ¿Y si en cambio sos vos lo que me quiero llevar? ¿Y si mi cabeza esta avergonzada de que mi parte más mogólica te elija?
No, no lo soporto, ojalá dios te concediera un par de neuronas para que algún día entendieras esto.
Para que me mires a los ojos y veas a través, encuentres almas en vez de frascos. Compres el perfume por la esencia (mi escencia, mi fragancia) y no por la textura y forma del envase. Daría lo que fuera porque por un segundo vivieras en 3D y dejaras ese mundo superfluo de dos planos.
Utopías.. el mejor remedio para prevenir el suicidio. Con la excepción de la sobredosis. Yo estoy al límite, o la suspendo o abuso.

viernes, 24 de junio de 2011

S&M

¿Me creerías si te digo que verdaderamente me produce placer sufrir? Emocional y físicamente. ¿Podrías creerme?
Me gusta, me encanta sentir dolor.

jueves, 23 de junio de 2011

Hoy soñé con él.
Y me desperté enamorada. ¿por qué?
¿Por qué ÉL, por qué AHORA?

Ningún clavo saca a otro, todos agujerean y todos dejan heridas que si no cicatrizan siguen doliendo, y si lo hacen dejan su marca. No puedo meter a ninguno en el mismo lugar, ni tapar el dolor viejo con dolor nuevo, siguen doliendo todos a su tiempo. Cada uno pincha en un lugar distinto...

Perfecto! ahora siento que soy un colador.

miércoles, 22 de junio de 2011

DUELE  MUCHO  DEDICARTE  MI RENCOR

domingo, 19 de junio de 2011

La horma de mi zapato

Es loco, definitivamente no es amor. Es obsesión cuando siento que lo estoy perdiendo, cuando sus ojos se distraen y no permanecen fijos sobre los míos, es placer la lucha diaria por entrar en su cabeza, por rentar su corazón.
Pero entonces un te quiero me aplaca, y ya no me interesa tanto. Esos ojos que me miran casi con lástima, arrepentidos de lastimarme tanto, mordiéndose los labios por el remordimiento de tantas mentiras... él empieza a sentir algo, y quizás sólo quizás de a poco deje de hacerme sufrir.
¿cómo descirbir 'esto'?
¿Como puede llegar a interesarme tanto alguien que sólo provoca dolor? ¿Y que cuando por efímeros momentos el mismo se va pierdo todo interés y ya no me produce nada?
Pero sin embargo sigo asida a él, sabiendo que su naturaleza jamás cesará frente al enamoramiento. Podría amarme, se que podría, y aun así seguiría destrozándome, descuidando la posibilidad de perderme. Porque el es como muchos otros, para los que con amar aun no es suficiente.

De este lado hace frío, aun más cuando me abraza, me congela cuando petrifica su mirada y penetra mis pupilas. Puedo ver tanto vacío, tanta soledad rodeando su alma. Es un arbol ya tallado, un perro viejo, de una época distinta a la mía. Nuestros tiempos son distintos, y los niveles de nuestra cabeza lo son también.
Pero ambos encontramos la horma de nuestros zapatos. El necesita a alguien flexible, maleable, dependiente, inocente, sumisa, pura, masoquista y dispuesta a sufrir, a ser víctima de la gran estafa de entregarlo todo sin recibir nada a cambio.
Y yo por mi parte necesito mi verdugo, alguien que cumpla el rol de mi papá cuando él ya no esté, alguien que me controle, persiga y asfixie, alguien que sea la razón física y concreta de mi sufrimiento, una excusa para mis lágrimas diarias. Nos necesitamos de una manera superflua. Creo que podríamos funcionar, sí, sin dudas, creo qu seríamos muy.... cómodos.

lunes, 13 de junio de 2011

Desbaratándome

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios
me saben igual que los labios que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir que me basta
con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre tu dueño
y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado tu Dios tu asesino,
o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.


Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor
que me falta algo para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir toma mi dirección
cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas
y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío,
o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar...






Otra vez Sabina me habla de algo que va más allá de un amor civilizado.
A menudo uno necesita o siente sed o hambre por ciertas cosas: amor, amistad, sexo, compañía, diversión, tranquilidad, etc.
Hace un tiempo que vengo confundiendo todo en una misma cosa, como si el amor abarcara absolutamente todo y a partir de él se volvía sencilla y obligada la tarea de conseguir todo lo demás. Más bien yo creo que lo demás dejaría de importar, asesinaríamos la necesidad y errados lo daríamos por deseos satisfechos.
Pero bien como no encontré lo primordial, me pusé a buscar todo lo demás, por separado... y ahora mi vida es eso, bloques intocables, a la deriva que de vez en cuando colisionan y se fraccionan. Una vida resquebrajada en momentos tan dispares en el día, algunos hablan de ciclotimía.
Yo sólo excuso mi tendencia hacia lo insano con el pretexto de necesitar todo revuelto. Hoy comprendí que no necesito sonreír, ni amar, ni aprobar, ni trabajar... necesito felicidad, locura, poder crecer, sentir pasión.
Locura, porque no encuentro una palabra que se asemeje más a esta urgencia, a estas ganas de dar todo vuelta, de recortar el perímetro de ese concepto trillado de 'normalidad', de trascender en alguna de las tantas vidas con las que nos cruzamos a diario, de darle valor a la pena de vivir.

Dejar de pensar que la aguja gira hacia la derecha, o que el sol se esconde por el oeste, y de que la naturaleza lleva un ritmo que a la vez nos arrastra casi obligándonos a compratir un único tiempo entre todos. Dejar las pautas que asumimos desde el momento en que corbó fuerza nuestra razón. Dejar todo tipo de creencias implantadas por seres humanos de la misma materia que nosotros, que creyeron que podían elegir dentro de qué modelo viviríamos los de mañana.
¿Cuando perdimos la capacidad de elegir, de tomar un camino diferente, cuando fue que flaqueamos ante la insistencia de la masiva corriente?
Cuando fue que la palabra locura quedó relegada en el plano de lo insano, con una connotación negativa, aludiendo a una enfermedad mental unicamente porque alguien nos hizo creer que hay un sola y única manera 'correcta' de poder pensar, de poder sentir, de poder desear...

Necesito más. Y con esta expresión se desencadena la explicación del por qué la vida nunca me alcanzó. Porque en cuanto mi aspiración se incliná para ver más allá, me encuentro con un manto ficticio de realidad.
Entender que no hay límites mentales, y que nuestra cabeza puede adueñarse de cuanto se quiera.
Me fui de tema, a lo que iba, una vez más sabina pudo expresar en letras lo que mi corazón anda anhelando hace un tiempo. No es amor, no me alcanza con decir que necesito amor, y bla blá... es eso, que no concuerda con los patrones de una pareja ordinaria, ni con el ritmo de un corazón acelerado, enamorado, es eso que a menudo llaman insano, enfermizo, o locura, porque realmente no existió nadie aun que se interese por ponerle un nombre que lo distinga, y que en una especie de intento por hacerlo Sabina graba este tema.

Sed, sed de 'eso' es lo que tengo.

miércoles, 8 de junio de 2011

2/100

Rolón dice que es más fuerte el que tiene mayor capacidad para enfrentar la frustración.
Asique de eso se trata todo, de que estoy estancada porque tengo miedo de ser menos de lo que espero. Simple, sencillo. Y por no ser tan buena, prefiero directamente no ser nada. Que conclusiones pelotudas que saca mi cerebro sin consultarme.
Para que no me llamen o me elijan para un trabajo, directamente no busco, para no aprobar directamente no estudio, ¿curso de invierno? ¿Para qué? Olvidate. Para que él no me devuelva el te quiero que estoy esperando, directamente ni le digo que me interesa. Para que mi viejo me diga que no, ya ni le pregunto.
Siempre presumo, y lógicamente lo que presumo pasa. No porque pasaría sino porque yo en efecto codifico la situación para obtener esos resultados.
Imaginate usar el mismo método pero en el sentido contrario… positivo. ¿Pensar algo y que pase, parece loco no? ¿imposible? Pero si es, sin ir más lejos lo que me está pasando ahora. Escribo cada día de mi vida el día anterior. No soy vidente, yo hago mis días y yo me esfuerzo para que terminen siendo una cagada.
¿Sabes qué pasa? La vida es tan fácil, y nosotros estamos tan castigados, que pensamos que no puede ser cierto, que debe haber una falla en algún lado, una trampa.
No. No entendemos nada, no entiendo nada.
Es un juego de ajedrez, pensar antes de mover, hacer una estrategia para llegar, para ganar, para lo que sea, en vez de pensar cómo perder.
Igual ojo, es buenísimo verme escribiendo esto a la luz del monitor en la madrugada. Me felicito. Cambie un par de cosas, que cuando las tenga más sólidas las voy a exprimir para regocijarme un poco en mi orgullo.
Vamos caminando, ¿qué son diecinueve pasos? El envión para todos los que faltan.
Tengo una sola cosa, y con eso me sobra: las ganas. Hay gente que tiene todas las demás, pero le falta esa, las ganas de todo lo que hace bien.
Caminar por los pasillos de la facultad sintiéndome parte, cruzar el puentecito y ver a un lado las luces rojas y al otro las blancas, bailar en una mesa y tirar un champagne, anonar la conciencia, salir a fumar con mi bebe, saludar al camionero que te toca bocina, correr hasta que me duela respirar, tostar pan y comerlo con la mermelada de manzana y nueces de mama, intentar dormir y fallar porque siempre hay alguien lastimándome el corazón y robándome el sueño, cambiarlo por uno, por otro, por tres mil millones, proponerme cada día algo nuevo, hacerlo, abandonarlo, intentarlo u olvidarlo, comerme los bordecitos de las pizzas, escuchar a Alejandra, putear y denigrar por msn a los boludos NN que me agregan, permitirme el mal humor, abrazar a los cinco minutos de conocer a alguien, cantar a todo pulmón ‘What the hell?’ de Avril Lavigne, acostarme y abrazar a Roma, y a mitad de la noche sentir las puntadas de sus patas inflexibles y esa reacción enferma de tirarlo de la cama.
Mi histeria, mi energía, mi inteligencia, la crudeza de mis emociones.
Padecí y quizás padeceré de depresión muchos años, pero dios sabe lo agradecida que estoy de poder sentir tanto, al extremo. Amar sin límites, sufrir hasta lo que es posiblemente humano. Disfrutar de un tema de vocal trance, apasionarme por la escritura, poder amar las ideas de un autor, erizar la piel con el frío hasta sentirlo… sentir el frío ¿me entienden? no sufrirlo. Sentir el calor, entenderlo, encontrar un perfume, resucitar un recuerdo, extraer imágenes perennes de la película diaria de mi vida.
Hay tanta belleza desnuda, y nosotros nos mantenemos cubiertos.
Desvergonzarse, vivir sin miedo, elevar ese dos por ciento que soy hoy. Soy tan poco, hay tanto que quisiera gritar, decir, demostrar, tantas ganas guardo adentro mío de ser lo que nunca me permití. Sí, tanta grandeza escondo… escondemos la gran mayoría.
¿De que la ocultamos? Nadie puede estropearnos, nadie puede degradarnos. Son nuestros ojos, a través de los cuales nos ve el mundo, abramos las alas, ¿volamos?

lunes, 6 de junio de 2011

Pero uno elige qué leer y sobre que parte poner el énfasis.
Uno escucha, ve, siente y entiende LO QUE QUIERE.
No me resulta fácil, pero estoy empeñada en aprender a mentirme, más bien a creerme. O mejor aun, en no tener siquiera la necesidad de hacerlo. A que me chupe todo un huevo.

Si sucede, conviene, y si no... también II

Y entonces en la bandeja de entrada aparece un mail, esos cadena que te rompen las pelotas y por lo general tendes a eliminar antes de abrirlos. Pero apreté mal, le pifié al mouse y se abrió y decía:


A veces, es mejor dejar que algo se vaya y comenzar de nuevo.

Hay cosas que nos pasan en la vida que encontramos difíciles de aceptar. Los recuerdos regresan y nos perturban una y otra vez.

Cuando algo sucede en nuestras vidas que encontramos difícil de aceptar, tenemos que decidir si hay algo que podamos hacer para cambiar las cosas.

Si lo hay, debemos hacer los que podamos para que todo esté de nuevo bien.

Pero si hemos hecho todo lo posible, y en nuestro corazón sabemos que ahora no hay nada más que hacer, entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.

Después de haber repasado los "qué hubiera pasado si..." y los "¿por qué?", quizás aprendamos una lección valiosa.

Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos por la experiencia.



Aprender a dejar ir las cosas, en vez de preocuparnos por lo que pudo haber sido, con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir.

"Todo lo que sucede, sucede por una razón"



Y ahí está Dios, ese del que tanto escuché, el que te habla a través de las piedras si es necesario con tal de abrirte los ojos cuando estás cegada.
Podría no haber llegado, o no haberlo habierto, podría haber hablado de mil cosas, y aunque el texto es pobre y básico, estaba pasandolo por alto, necesitaba leerlo, necesitaba que alguien me sacudiera y así fue. Ahora dame la fuerza.

martes, 31 de mayo de 2011

Soy demasiado buena para este mundo repugnante.

martes, 24 de mayo de 2011

Es la primera vez que el dolor no me deja dormir. No duermo, no puedo.

viernes, 20 de mayo de 2011

Te equivocás, sufrís y aprendes.


Por más que me duela, y por más que me irrite, no puedo, de ninguna manera, ser mala. Seré una estúpida quizás, pero no pienso perder ni ante el más hijo de puta mi paz mental.  
Prefiero quedarme con este cascote en la garganta, y con los ojos ardiendo y los dientes mordiendome la lengua. Te habrás llevado un puñado de lágrimas mías cada día, te habrás llevado mis gritos, mil preguntas deseperadas por vos hacia la nada, te habrás llevado parte de mi piel, y mis emociones sinceras e incluso te habrás llevado mi dignidad en el momento en que decidí convertirme en un trapo,  pero mi esencia, esa inocencia que tengo y mi bondad, que es lo que me hace hace brillar, eso no lo opacás ni lástimandome de la más miserable de todas las formas. De ninguna manera voy a oscurecer mi espíritu devolviéndote dolor, furia ni ninguna otra manifestación de venganza.
¡Y sabes que lo más maravilloso? que aunque ni siquiera hayas terminado de darme el golpe ya estás perdonado. Y está perfecto, tendrás tus motivos para hacerme esto. Por mi parte necesito desintoxicarme, asique te invito a retirate de mi vida y llevate con vos todas las marcas que prentendías dejarme.  

lunes, 16 de mayo de 2011

Palabras fáciles.

Se empieza por extrañar, y de pronto cuando falta, te das cuenta que ya lo estás necesitando. Quizás suene exagerado por la diferencia de años, por los treinta días que llevamos, por tu aparente desinterés y tus palabras fáciles. Pero sin importar absolutamente nada, quizás esté enamorada. O tal vez sea obsesión, costumbre.. o este vacío que tengo en el pecho por necesitar estar acompañada. Pero reviviste algo en mi, alguna parte que tenía callada, dormida pero esperando, y ahora no estás, y queda un agujero en ese bendito lugar que forzaste adentro mío. Te metiste, me despertaste y me dejaste cándida frente a esta realidad, que ahora sin vos duele tanto.
Preferiría que jamás hayas pasado, preferiría haberme mantenido cerrada, fría y distante como durante tanto tiempo lo hice. ¿Pero como hacerlo frente a un te amo, frente a tu loca idea de vivir juntos, de pasar el resto de la vida mirándonos, de hacernos el amor cada noche que reste y dormir abrazados? ¿cómo convencerme de que todo era mentira? ¿cómo superarlo?
Ningún otro par de labios me sabe a nada, ninguna caricia me excita, ninguna espera me mantiene ansiosa. Me robaste el resto de las oportunidades, el sueño, el hambre y las ganas de hacer conmigo algo.
¿Como se quita esta estaca clavada en el alma? ¿Con cuantos días crees que me alcance para arrancarte de mi cabeza?

No podría explicarte como se siente sufrir cuando el motivo sos vos, no me creerías.
Y ese infierno que se incendió en tu ausencia, se extingue en un segundo con una sola palabra tuya que me esté extrañando.
¿cómo hacés para tener tanto poder sobre mi?

Pero más allá de que mi enamorado verdaderamente sea un disfraz o sea real, no habría final feliz para ambos que no sea el de cada uno por separado.
Como suelo decir, la vida tiene extrañas formas de probarnos. Y vos sos una, que no se cómo carajo voy a tener que superarla.

domingo, 15 de mayo de 2011

Puede desmoronárseme el mundo, pero en casa siempre me están esperando.

Me siento como si fuera feliz: ahora estoy feliz.


En cuanto tenga la necesidad de descargarme lo voy a hacer. Por ahora, todo lo que veo en el horizonte me sienta bien. El otro día me lo dijeron, es una edad en donde tenés tanto, tanas oportunidades, tantas novedades y cosas que no sabes para donde agarrar. Y día a día estoy en ese límitte (por lo general siempre bastante extremista yo), o de mandar todo a la mierda o de buscar una vida relativamente sana que desemboque en un día a día 'feliz', tomado con pinzas. En que cada día cuando me siente a escribir, no sea un vomito de deseos por desaparecer o de frases agresivas maldiciendo la injusticia que yo misma me cree, sino que fluya lo que escirbí allá arriba: que me siento como si fuera feliz, sin saber lo que es ni darme mucha rozca para intentar definirlo, simplemente sentir la sospecha de que lo es, de que ese es el sublime sentimiento por el cual el hombre camina durante toda su vida procurándolo.
Hoy se lo que quiero, y puedo ver cuan equivocados tenías los conceptos y la relación entre ser feliz haciendo lo que uno quiere, creyéndo que es lo mejor. ¿Pero desde cuando sabemos eso?
Yo, desde hoy.

sábado, 14 de mayo de 2011

Hola, sí, estoy hecha mierda. Ya lo voy a poder escribir.

viernes, 13 de mayo de 2011

Irreversible

Al puto Blog no sólo se le ocurre perder el servicio estos dos últimos días cuanto más lo necesitaba sino que encima se le antoja empezar a borrarme las entradas. ¡Buenisimo! Como si hubiese cosas que me prohibiera decir.
Como sea, estoy en un límite, no puedo decir que volví para atrás todo lo que había progresado, porque no es asi, sí quizás este hecha mierda y dolorida casi en el mismo nivel, pero de ahí a ser la misma, no.
Me chupa un huevo que vos ni nadie lo vea, yo no soy la misma persona. Y hoy decidí que si alguien tiene que sufrir ya no voy a ser yo.
No se que piensan, no se realmente que se les cruza por la cabeza, pero evidentemente no me creen cuando digo HOLA, ESTOY MAL, me me creen cuando lloro, no me creen el 'papi, no puedo más'. Y tampoco me creyeron cuando hice efectivo el chau, de la misma manera que ahora no me creen que me quiero ir, y que si me quedo me quedo unicamente para que me vean morir.
Tantas malditas veces me morí por ustedes, que ya no se me ocurre creer como queriendome pueden lastimarme tanto. Y duele, y duele, y me sentí culpable durante tantos años, hasta que fueron tantos los golpes que hoy no siento nada.
Absolutamente nada. Y si dios existe, y sí fue el nuestro creador, sabrá entenderme, y comrpenderá el esquema y funcionamiento de mi mente como para aceptar mi esceptisismo y no por ello malas intenciones. Sabrá entender que lo último que busqué en toda mi vida fue lastimar a alguien, jamás, y si lo hice fue por imprudente, por inocencia o ceguera. Sabrás entender el por qué ahora me elijo a mí antes que a los seres que más amo... y sabrás entender si algun día llego a dejar de amarlos.
No existe quien pueda vestirse con mi piel, ni ponerse al hombro todas mis cargas, ni procesas mis retorcidos pensamientos. Asique dejen de comprar mi vida con la del resto y mi dolor con el de ustedes, queridos ignorantes.

Nada podría sorprenderme, estoy al límite y hoy soy capaz de hacer lo que sea con tal de no sobrepasarlo, incluyendo cruzar todo los demás límites que no sean el de la vida misma.
Y es tu culpa, dejame culparte al menos en esta ocasion, de que este como estoy, de que caiga adonde caiga, de que me destruya y de que pruebe lo que sea neceasario antes de volver a hacer lo de antes. Me hiciste mierda, ¿entendés?, y encima quisiste abrazarme, ¡dios! ¿que abrazabas? ¿Adonde querías llegar? ¿qué es lo que querés que entienda? ¿que después de todo esto podés llegar a quererme? ¿que lo haces por mi bien, por cuidarme? ¿Como se traduce en buenas intenciones un homicidio? Quizás prefieras matarme vos antes que me mate yo misma. Como sea, yo estaba bien, estaba mejor, y gracias a vos ya no me encuentro. Soy esto, el espantoso reflejo de tus reacciones, de tu opresión se libera cada grito de auxilio que trasmuto en autolesiones. Me estás matando y no lo ves, y ya es tarde para perdonarte, o al menos para que volvamos a ser las de antes.
No lo aguanto, y cuando sea tarde para que lo entiendas, y efectivamente lo hagas, no te juzgues por incrédula, porque ni siquiera me escuchaste.
Me perdiste ma.

jueves, 12 de mayo de 2011

Pensar sin la cabeza, sentir sin el corazón.

Hace un rato me restregué los ojos frente al espejo, y me impactó creer que puedo estar volviéndome un ser sensible. Tenía dos manchas grandes que nacían de mis párpados y me llegaban hasta las orejas, lagrimas y maquillajes y mis dedos negros. Esa imagen es algo frecuente últimamente.
Hace aproximadamente un mes que llorar se convirtió en nuevo ritual en mi vida. Pese a que cada día existen motivos para hacerlo, me preocupa.
Desde que recuerdo, el dolor me resultó siempre agradable, y conservarlo me hacía sentir cómoda. Era mío, parte de mi, me definía. ¿Por qué entonces ahora empiezo a sentir esa sensación de rechazo frente a situaciones angustiantes?
Cada vez que el dolor me punza el pecho, ahí aparecen los malditos síntomas: esa picazón en la nariz que te produce la primera lágrima antes de salir, esa opresión en el pecho y el atasco en la garganta o el quiebre de la voz si llega desafortunadamente de improvisto antes de permitirte terminar alguna frase...

Y lloraba. Lloré hoy, ayer y la semana pasada. Se que voy a llorar mañana.

Sensible, es lo único que me cierra. Un estado pasajero (espero), como si estaría indispuesta y el período se hubiera prolongado, ja. Irritable, histérica, cambiante, sensible... más sola, más necesitada, más enamorada, más alegre, más deprimida.
Intenso, cada segundo que pasa es más y más intenso, y las cosas pesan más y son más fuertes. Y el sol está más cerca y la noche es impecablemente negra, y hace más frío y la lluvia moja más, y el tiempo pasa más rápido o más lento y los ojos tienen más relieves y las voces son más afinadas. Todo se acentúa, se multiplica o se acrecienta.
Un realismo exagerado, días excelentes y deplorables, bellísimos y espantosos. Pero no buenos ni malos, no normales ni a medio pelo. No hay lugar a un ‘me gusta’.. ¡¡¡me encanta!!! No existe tampoco un ‘me disgusta’, directamente me es insoportable.

Me siento caprichosa, cansada y no me siento amable (digna de recibir amor).
Existen situaciones, y con esto abro paso a mi excentricidad anómala, en donde se me dificulta, y en un grado bastante elevado, el estar. Veámoslo de otro modo, deseos de no estar en cierto tiempo o espacio, que se vuelven reacciones psíquicas y se procesan en un malestar físico. Una incomodidad insoluble. Desaparecer, y no necesariamente frente a algún disgusto, o dentro de un mal contexto. Independientemente a todo eso, sucede incluso estando sola, tranquila... de pronto me nace esa urgencia por desconectarme, desenchufarme más allá que el descanso que brinda dormir. Y no hablo de ganas de suicidarme, por favor gente no interpreten eso, cuando me quiero matar, escribo me- quiero-matar, soy directa lo saben. Ahora me enrollo porque intento explicar algo que me resulta novedoso en mi mundo de emociones. Es incluso hasta desesperado y muy preocupante. Es como sentir que NO PUEDO ESTAR, más allá de tampoco quererlo, como si sintiera que no podría lograrlo, que no me saldría por más que lo intentara.
Es también un poco de miedo abrazando tus expectativas inmediatas. Es loco.



Y bueno soy conciente de que bien no estoy... o mejor dicho bien no nací, porque no se trata de un estado mi singular diferencia.
Los días van de mal a peor y yo me pregunto en donde está el tope... ¿estará en mi cabeza antes que en la situación? ¿por qué me demoro en encontrarle una salida a todo esto? ¿Por qué no puedo definir si estoy deshecha o estoy bien? ¿Por qué por momentos me parecen la misma cosa ambos estados? ¿Eh?

Me voy a fumar.

jueves, 5 de mayo de 2011

RESENTÍ-MIENTO

Yo quería sufrir y el tenía deseos de lastimarme.


Guardé silencio, me sentía avergonzada de que el dolor me gustara tanto. ¿Quién podría entenderlo? Que el hecho de permanecer en vida requería constantemente ponerla a prueba, o que para sentir la presencia de las cosas necesito que me falten, o lo obvio, que lo fácil me aburre y la felicidad me engaña, la felicidad no es vasta.
¿Cómo alguien podrá entender dentro de sus cabales que mientras todos tiran para un lado, yo me empeño en conseguir lo contrario?

El esfuerzo sobrehumano por conseguirlo a él, por beber de sus mentiras mediocres algo del dolor de su pasado, como si su angustia vieja me alimentara.
Perfectos sujetos, que no te llenan en ningún aspecto, únicamente en la demencia, en esa analogía que ambos tenemos por pasión a lo insano.
Congeniábamos en nuestros mundos. A su manera, el de cada uno estaba destruido y vivíamos fingiendo alegría entre sus ruinas. Vacíos, dos sujetos huecos que juntos forman una fosa, para la perfecta perdición de ellos mismos.

Perdida en el dolor, sabía que iba a ser la única de los dos en terminar ahí hundida, ahogada por su avaricia, su sed de tomar venganza. Mi disfraz de lobo fue la atracción principal, y mi alma de oveja lo que llegó a enamorarlo trágicamente de la dulce presa.

Me senté a escucharlo, balbuceaba algunas palabras que no pude escuchar, no cesaba, se encismaban unas con otras y en su rostro se acentuaba cada vez más la emoción por ver cómo palabra a palabra creía tenerme en sus manos. Para su cabeza estaba convenciéndome, para sus manos y sus labios sordos, yo tenía la edad que tenía y un cerebro que había estancado su desarrollo al llegar a la primer década. Lo vi satisfecho frente a una de mis sonrisas, sus ojos obsesivos estaban celebrando el triunfo de no haberme perdido, y yo trataba de explicarme porque tanto revuelo por una simple mente turbada y un sexo enfermo...

No encontraba en él un hombre, más bien era un niño sufrido, con heridas expuestas en cada una de sus muecas, su capricho le había impedido crecer más allá de lo delimitado por ese recelo, que había encubierto la angustia en bronca. Se sentía fuerte, impenetrable, indiferente, pero sólo quería convencerse de haber renunciado a la posibilidad de volver a sentirse ser humano sin contar con el riesgo a sufrirlo.
Miedo era lo que expedían cada una de sus frases de héroe de guerra, de bandolero, de chico rebelde... Esa falta absoluta de temor, conformaba justamente un único terror mayor a cualquier otro: el no tener nada que temer. El poder perder lo que fuera y aun así continuar la vida sin perturbación. Asido a absolutamente nada, a la deriva en una vida que no iba a dejarle llevarse nada.

Comenzó a hacer pausas para escuchar pequeñas respuestas de asentamiento, su inseguridad comenzó a picarle la sien frente a mis labios sellados. Seguía observándolo, imaginando el desnudo de sus mentiras, figurándome las dagas que me abrían al medio la espalda. ¿Cuánta malicia podía caber en ese par de ojos, que sin envejecer parecían llevar cien años mal vividos? ¿Cuánto dolor había callado y enfrascado en esas pupilas?

Yo los elegía para desgranarlos, y analizar por partes cada comportamiento que aparentemente en el hombre no se le adjudicaba un preparamiento previo. Ellos lo tenían, sin ser concientes, explicaban y justificaban cada gota de maldad. Y se sentían contentos, a gusto con sus hazañas, con la cantidad innumerable de lágrimas derramadas bajo su nombre.


Pensé en llorar. De alguna manera este conejito que había elegido para pasar las pascuas y que ya me estaba venciendo, había logrado tocarme el alma. Jamás le había creído ninguna otra palabra que no fuera impulsada por la obsesión. Estaba obsesionado por tenerme, no porque realmente le interesara, sino porque parecía no poder hacerlo. Era un desafío, enamorarme, dejarme estúpida, regenerar esa sensación de soledad interna y dejarme tirada. Pero la venganza no se sacia con el dolor de la persona equivocada.
Por eso, por esa misma causa, yo no le era suficiente, y paralelamente a destruirme buscaba nuevas ofertas. Sin dejarme, porque yo representaba uno de esos casos que al principio tienen apariencia de ser excepcionales.

Maldito enfermo, que guardaba tantos nombres, que agrupaba todas las personalidades, y los demonios de los que a su paso, al igual que él, fueron menguando mi esperanza.
Perdió el nombre, la figura, y esos ojos que en su profundidad eran muy oscuros.

No volví a contestar más. Me tomó por el pelo y con fuerza jaló hasta buscar una reacción. Dios sabe en que horizonte estaría muriendo mi mirada, y desquiciándolo dejó salir su parte más insegura y descargó en mi su impotencia.

Sume una razón más para en algún futuro utilizar como respuesta en el caso de qué alguien cuestione mi escepticismo, mi resentimiento, mi apatía.
Él y todos los que él representa, son los causantes de mi cinismo, de mi frivolidad, de mi lejanía, de que hoy no puedas decirme te quiero sin yo traducirlo en un engaño.

Vamos a jugar, a sufrir, a vivir, a entretenernos, a darle más vueltas a esta retorcida obsesión que nos desune, a alimentar mis motivos por los cuales seguir llorando en los colectivos. A abusarnos de su ingenuidad y de la mía, a tejer las más entramadas mentiras y a volverme una recalcada hija de puta, como todos los anteriores me hubieran merecido.

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