No me pude levantar. Me abracé fuerte al colchón y le pedí a Dios que me regale un problema de verdad. ¿Cómo me volví tan superficial?
Errante entre él que me extraña y me quiere recuperar, entre aquel que le poné un precio a mi felicidad y entre quien me rompió todos los esquemas en dos noches.
Tengo mucho espacio, muchísimo, en mi corazón, en el reloj, en mi cama... por donde mire encuentro vacío.
No necesito que nadie me convenza de necesitar llenarlo. Estoy bien, estoy mejor que nunca, estoy perfecta... ¿cierto?
Cierto.
Y sin embargo esta mañana no me pude levantar.
Y sin embargo esta mañana no me pude levantar.
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