"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."



lunes, 24 de octubre de 2011

Esta tortura divina de no poder recordar.

Daría mucho por al menos recordar como era sentir eso.
Daría todo por volver a sentirlo.
Daría todo mi tiempo con tal de que alguien me diera garantías de que algún día voy a volver a sentirlo.
Porque efectivamente se que así será como siempre lo es, pero después de un tiempo de soledad, la cabeza nos juega en contra contándonos historias falsas de personas que nunca más volvieron a sentir y nos colma de temores absurdos.
Porque estos son los períodos más largos, donde no recordamos nada respecto del amor, y se nos figura en la mente como una idea extraña, sólo sufrimos el vacío que dejó al que nos aferramos como el único indicio o huella que nos recuerda que alguna vez existió.

Y no hay caso, siento que estoy muerta, que es mi hora de descanso. Que lleva tanto dolor el amor consigo que son realmente necesarios estos lapsos insesibles para tomar fuerzas para el próximo desengaño.
Quiero algo fugaz, una mentira brillante. Sólo un poco, para calmar esta adicción.
Y sin embargo estoy tan bien desde que nadie crea y rompe promesas a mi lado.. !
Es como la nicotina, después de un tiempo sin fumar, te sentis espléndida, respiras mejor, estás de mejor humor a medida que pasa el tiempo, y sin embargo, pese a todos los beneficios que ganas al dejarlo, ninguno es tan fuerte como el de volver a probarlo. No importa que inviertas guita, salud, tiempo, no importa que te encamine a la muerte, no importa absolutamente nada, porque frente a las adicciones, la cabeza se anula y nuestra mente no piensa. El cuerpo, asi como el corazon, exije, pide, necesita.. y nuestra debilidad accede al pedido.
Necesito otra vez esa sensación de estar perdida, esa ilusion de sentir que hasta ese día en que lo conociste siempre habías estado muerta sin siquiera notarlo. Cruzar ese límite racional, reducir el mundo a un sólo nombre. Aunque después de un tiempo, te estampes contra el muro, te averguences de lo que hiciste y te des cuenta que no era ni un cuarto de lo que merecías... ese breve momento en el que llegamos a convencernos de que es perfecto y de que abarca de forma completa la definición de felicidad... es el que vale la pena frente a todo lo que sobreviene detrás.


Fui al quiosco y les pedí unos Luckys mentolados de veinte, no había. Le pedí entonces lo más parecidos, me ofreció la edición nueva de Phillips. Los compré sin problema.
Pero son horribles, son muy distintos. Los Luchys son refrescantes, fríos. Los Philipps tienen el sabor de la hoja de menta.
No obstante los sigo fumando, aunque sepa horrible, aunque no sea lo que espero, así por lo menos calmo mi ansiedad por nicotina, alimento mi adicción.
Asi de esa misma manera, me esta pasando con los hombres. Los únicos que consigo últimamente son todos Phillips Morris.  Y sin embargo, no puedo desistir a probarlos.

domingo, 16 de octubre de 2011

Superar el "te extraño", convencerte de que no lo necesitás.

Existen algunas cosas, que si de nosotros dependiera se nos haría imposible dejarlas ir.
El día que se me acabaron todos los motivos, y ya no tenía de donde sostenerme mientras veía como se iban los días, decidí dejar todo, abandonarlos e irme. Entonces descubrí, que pese a que el mundo quizás no significaba nada para mi, yo significaba el mundo para alguien.
Ese díam me forcé a fabricarme motivos para seguir, pequeñas cosas que me distrajeran mientras los días fueran bofetándome la cara a su paso.

La gente dice que repito mucho la frase " X cosa me hace feliz", y tienen razón. A menudo cuando alguien no está de acuerdo con lo que hago, lo suelo disuadir con que tal cosa hace a mi felicidad, o por lo menos contribuye a mi bienestar.
"-No podes salir de jueves a domingo!
- Pa, ¿por qué te molesta tanto? me hace feliz.."

"- ¿Para qué querés volver a ver a Roma?
- Porque lo extraño, me hace feliz verlo."

"-Hey! ¿por qué no largas el cigarrillo?
- No quiero, te juro que fumar me hace feliz."


Etc, etc...  Usando a la ligera la palabra, quizás aunque exagerada, no esté tan equivocada. Son las pequeñas cosas que le robo a los días las que me mantienen de pie. Es ese pucho a la mañana, ese café cargado, es esa novela de la tarde, es salir a correr un rato, una barra de chocolate, una fiesta hasta las doce del mediodía, un novela de Sidney, una pelicula en familia después de comer.
Insignificantes, si sacaras todas ellas, aparentemente podría seguir viviendo perfectamente... pero ¿y si te digo que con una menos la noche tarda más en caer, o el despertador suena más bajo..?

Cuesta dejar lo que uno quiere, yo soy de aferrarme demasiado a las cosas, odio la rutina y me gusta hacer siempre algo nuevo, pero dejar las cosas viejas no me resulta nada fácil.
Hoy sentí que hace un año, o quizás más, estoy estancada. Repetí muchos errores, me olvidé de todas las enseñanzas que supuestamente nos van dejando las cosas malas y malgasté el tiempo. Sigo parada en la misma baldosa desde hace un largo rato, y me exasperaba durante todo este tiempo ver que a la gente que me acompaña le pasa lo mismo, se mantenía siempre igual... hasta que hoy me di cuenta que yo también sigo de algún modo petrificada. Lo único que baja es la cantidad de tiempo, de neuronas y de ganas. El resto es la misma basura reciclada.

Quizás para encontrar lo que realmente queremos o nos merecemos, tenemos que hacer el esfuerzo de dejar ir las cosas equivocadas que hoy estan ocupando su lugar. A veces rellenamos nuestra vida con piezas que no encajan simplemente por ese afán de suprimir los espacios vacíos, y cuando llega la pieza que realmente va... es tarde. Porque aunque no parezca, somos nosotros los que manejamos de alguna manera el reloj de nuestra vida.
Fijar algo que queremos en nuestra cabeza, y trazar el circuito en el mapa para alcanzarlo, paso a paso. Se empieza limpiando. Borrar de la memoria lo que unicamente ocupe espacio y prepararse para volver a grabarla.

martes, 11 de octubre de 2011

- Vos hacé lo posible, que de lo imposible me encargo yo. Me dijo.

Me parece injusto desaparecer siempre que estoy bien. Asi que por lo menos voy a pasar a dejar el presente y a decirles que ultimamente ando muy bien. Sí, digamos que estoy muy feliz, de alguna manera aprendí a estarlo aunque las cosas se mantuvieran imperfectas (como de otro modo no podría ser).
Simplemente eso, vengo a darle una sonrisa a este blog que carga tantas angustias.
Y a darle un gracias inmenso a Dios, porque nada podría estar mejor.