"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."



lunes, 30 de agosto de 2010

Wake up int he morning filling like..♪

N: Hola si?

T: Hola naty? Como andás?

N: Ahh.. Hola T. Cómo estás?

T: Bien, bien, necesitaba hablar con vos, creo que con lo de anoche las cosas no quedaron muy claras, y para evitar generar un ambiente incómodo prefiero que lo hablemos...

N: No te hagas problema, lo que pasó ayer no fue nada, está todo bien, en serio.

T: No, no está bien, recién cuando nos vimos no te dije nada por que no daba ahí con todas las chicas... pero quería saber si quisieras probar algo conmigo.

N: ...

T: Seme sincera, se que no sos la única mina en el mundo, así que si no querés no hay problema está todo bien. Te gustaría que saliéramos?

N: T.. es un poco complicado, estoy en una etapa de mi vida en dónde no quiero ni busco nada en particu..

T: ¿Vos no te dabas cuenta que me gustabas?

N: ¿cómo?

T: Digo... me acercaba a cada rato para explicarte cualquier boludés, me quedaba a escucharte.. es más te di la oportunidad de que vinieras a trabajar conmigo y con los chicos... ¿por qué pensas que fue? Me gustas.

N: Qué?!

T: Bueno, esta bien, olvidate, ¿entonces que hacemos?

N: Te agradezco en serio T. Pero justamente como voz dijiste hay otras tres mil millones de minas en el mundo, y justo yo en este momento no quiero nada con nadie, espero me entiendas.

T: Bueno, ok, perfecto. No hay problema, no hay problema.... ¿A trabajar entonces?

N: A trabajar...

T: Te mando un beso.





Soy un chiste, a dónde sea que vaya siempre voy a ser un chiste.

Es mentira que más de cien mentiras no digan la verdad♪

Nunca dejé de estar sola, lo se, pero ahora es cuando se comienza desteñir el engaño, y el hecho de haber estado acompañada por una sombra en vez de un hombre se hace más evidente. Y son noches como las de hoy, que sin dudas están excesivamente de más, en las que entendés que no importan la cantidad de llamados o de citas, de besos y abrazos, que no importa la cantidad de personas que te hacen compañía... mi soledad no es física, mi soledad es profunda y afecta a mi alma, y de ahí a todos mis sentidos.
Gracias por mentirme, gané algunas horas de ingenuidad. Y sin embargo no puedo fingir ser idiota, siempre voy a detestar mi parte más inteligente y perspicaz. No se por quien lloro, seguramente sea por mí, por darme cuanta que el mundo a veces resulta ser más dañino que yo para conmigo.
Podría hacer una lista de veinte nombres mínimo, y así entendería dónde quedó relegado ese cariño que pedías y yo ya no tenía.
Hay que ser uno para reconocer al otro. Yo sería el número veintiuno en esa lista.

viernes, 27 de agosto de 2010

Vence el 27 de Agosto de 2010 a las 7:30hs.

Me giré para ver cómo dormía, le acariciaba el pelo despacio hasta que me cansé de fingir ternura. Afuera hacía frío, pero allá adentro de las sábanas helaba. No era el ambiente sino mi cuerpo frío, mi cabeza lejana, y mis sentidos absortos, reclamándome estar perdiendo el tiempo, estar regalando algo de mí, aunque sea lo más mínimo, por algo que evidentemente ya no valía más la pena.
La otra noche me dijo que me había elegido (sin decir para qué, lo interpretamos ambos en el sentido más superficial) y en respuesta a su confesión, mintiendo yo le dije mismo. Más tarde cuando le pregunté por qué a mí y el contestó, me di cuenta que el también mentía.
No tratábamos un tema de exclusividad, para nada, sino que diciendo otra cosa remarcamos cierto interés falso que quizás, y sólo quizás, el creyó al incluirlo haber adornado mejor la situación.
Me sentía tan estúpida con mis llamados de atención y mi necesidad de amor implícita en mis besos muy mal correspondidos. Me sentía helada, quise irme, pero sabía que yéndome volvía a mi misma, a mi soledad y a mi espacio para pensar en él y en los demás. Y me quedé por un rato, un largo rato, sufriendo en silencio, deseando que despertara, que girara sobre mi y me abrazara, me besara el cuello, me tomara por la mano o hiciera cualquier tipo de movimiento para sentir su presencia, para convencerme de que en verdad, a pesar de mi alma abandonada, al menos mi cuerpo no estaba solo. Y cómo si leyera erróneamente mis pensamientos, me tomó por la cintura con fuerza y con vehemencia me hizo suya, o creyó hacerlo. ¿Cómo explicar lo bien que me hacía sentirme tan mal?
Sé que yo no le importo, y sé que él sabe lo poco que me interesa. Supo desde nuestra primera noche que lo que me incitaba a desenvolverme con tanta pasión era la misma soledad y esa necesidad por engañar al vacío. Por su parte sé que el busca olvido en mis labios, y un pasatiempo directo a tiempos mejores. Por mi parte sólo estoy aburrida, y quizás sólo sea el misterio por no saber ni entender que es lo que lo cautiva de mi, lo que me hace seguir viéndolo.

Siendo profundamente masoquista, lo que más me atrajo en un principio fue la diferencia de edad, su cabeza a kilómetros de la mía, sus emociones muertas, su sexualidad al máximo, y por sobre todo su desinterés absoluto hacia mí, llega un punto en donde duele, duele muchísimo saber que pierdo el tiempo, y molesta ver como para otro, siendo yo tan egoísta y a la vez tan autocrítica y exigente conmigo misma, valgo tan poco y soy tan nadie dentro de la nada que compartimos.
Por eso son un error peligroso las noches repetidas. Todo aquello que termina antes de empezar, es una relación equivocada.
En mi caso los errores se multiplican, porque sinceramente no sabría como llevar adelante otro tipo de relación, un con vida, con espíritu y sana, que prometa una longevidad considerable. Tampoco me interesa en la etapa que estoy hoy, pero no puedo ignorar esa necesidad humillante de compañía que a veces muy mal expreso en piel de un extraño.

Una vez sola, luchando contra el insomnio, mordiendo la sábanas, bailando con la almohada y vertiendo el café en la mesita de luz, busqué el celular, necesitaba borrar la noche con otro nombre, necesitaba otra voz, necesitaba como siempre sacar un clavo con otro. Revisé la cartera tres veces, entre las llaves, maquillajes, billetes sueltos, restos de cigarrillos, boletos de subte, aspirinas y libros deshojados, entendí que mi celular no estaba. Sospecho que en ese momento mi inconsciente sonrió y mi corazón dolorido suspiró de alivio, accidentalmente lo habría olvidado en su casa, en algún rincón lejos de mi necesidad por llevarlo conmigo, para darme un descanso, para reconciliarme conmigo y aceptar que la soledad a veces es necesaria.

martes, 24 de agosto de 2010

¿Verdadero o Falso? Elijas la respuesta que elijas siempre va a ser la correcta.

Se siente raro desempolvar libros viejos, arrumbados en el costado de los estantes más altos de la memoria, libros que pensé no volver a abrir jamás.
Esta mañana me desperté temprano, como de costumbre, siete y media suena el celular con algún tema del momento cargado con muchas pilas, para empezar el día bien arriba. Lamentablemente el rington no logra eficientemente su objetivo, y si a la cuarta vez q lo apago el aparatito a los diez minutos sigue sonando, soy capaz de estrellarlo contra la pared. Sospecho que cuando duermo, aprovecho para charlar con mi inconciente, y supongo que últimamente no estamos llevándonos demasiado bien, nos encontramos en muchos puntos y disentimos de lo que consideramos como bien o mal, por lo que mis mañanas amanecen mal humoradas y con una sensación de resentimiento hacia mi misma, que no logro disolver hasta no caer en la cuenta de lo que en realidad pasa.

 
Pero esta mañana decidí romper con la rutina, e impulsada por un consejo que recibí anoche, en un llamado oportuno que rescató a mis lagrimas de la mortal caída, luché contra la desidia, renuncié al calor de las frazadas y aunque lo conseguí un par de horas luego del primer timbrazo del despertador, finalmente logré lavarme la cara, calzarme los joggings, elegir las zapatillas más cómodas y con los auriculares ya en las orejas, cruzar la puerta de casa, cantando a toda voz las barbaridades que decía un bonito reggueaton. Corriendo es el momento en el cual puedo asegurarles con toda certeza que me siento plenamente feliz. Soy yo flotando a una altura inalcanzable para los pesados problemas, a un nivel superior a mis ambiciones, con un desinterés general por todo. La música se convierte en el único ambiente y yo me despliego de mi propio cuerpo para avanzar, avanzar y avanzar hasta un lugar al que no tengo interés de llegar. Es el único momento en donde mi cabeza deja de funcionar, un breve lapso en donde mis pensamientos mueren, o me dan tregua para luego volverme a atacar. Lo disfruto realmente lo disfruto muchísimo, y cada vez que retomo la rutina caigo en la misma pregunta, el no entender cómo es posible que abandone algo que me hace tan bien.

Con un mañana agitada el día arranca distinto, y sin embargo vengo arrastrando dos semanas complicadas, y aunque lo intenté, cuando salí de la ducha no conseguí convencerme para salir de casa otra vez. Me senté en el escritorio, hice el ritual diario con la computadora y desde ese momento sigo acá sentada, envidiando esas risas sonoras que escucho venir desde la calle de los chicos saliendo del colegio al mediodía, disfrutando de estar, de vivir, de cumplir con el día a día, bebiendo de ese sol maravilloso que hoy brilla más que nunca porque sabia que yo iba a retomar mis caminatas matutinas y quería estar ahí sólo para darme la bienvenida. Bendito sol que defraudo y engaño estando en plena oscuridad a la luz débil de un monito opaco que a su manera me hace feliz.

Lo trágico en la mañana fue toparme con un blog, un blog particular que creo haber leído en otro tiempo, o al menos haber leído algún otro pero del mismo autor. Me fascinó, me quedé pasmada con cada entrada, devorándome cada una de las palabras, haciendo eco de cada párrafo que terminaba. Deseando que alguna vez alguien escribiera con la misma delicadeza y tan detalladamente sobre mí, como él lo hacía con sus mujeres. Parece conocer más sobre ellas que ellas mismas, las idolatra hasta el punto de convencerte que realmente son diosas griegas impecables, de ensueño, cuando en realidad son mujeres corrientes como todas. La realidad es que son ambas cosas, pero él sabe verlas a su sublime manera... y eso deseé, que alguien pudiera verme así, tan ideal, tan soñada, extraordinaria...

Terminando de leer un año entero de entradas, me recordé que ninguno de esos textos eran ajenos a mi vida. Yo tuve mi etapa, la peor y mejor de todas, donde el amor y el odio son sentimientos conjuntos y que van perfectamente de la mano, donde las emociones se vuelven enfermas, y uno llega a confundir alegría con angustias y viceversa. En el mundo de las pasiones, todas ellas son tan potentes que se parecen, y esta permitido sentirlas todas juntas en un mismo momento. Yo las viví, las sentí, las encarné y las expresé de formas poco convencionales, insanas... como no habría otra forma de expresar algo tan fuerte.

Hablando honestamente, al recordarlo, no me arrepiento, en lo absoluto. No obstante no cambio por nada lo que hoy tengo, no quisiera volver a ese estado jamás, por eso vivo mirando al amor con recelo, y aunque lo necesito me mantengo distante. Huí de ese mundo de enfermos, de ese mundo en el que creí que yo sola conocía y estaba inmersa. Y ahora estoy entre los normales, de piel y hueso, para los que el corazón es un simple diagrama y el amor son cosquillas, suspiros y fácilmente reemplazable. Para los que no cuentan con la posibilidad de ser protagonistas de una novela romántica, porque tal cosa sólo existe en libros, películas y en los sueños de los más inocentes. Para los que por ignorancia o tras haber sufrido tanto, están cerrados, totalmente superados ante la realidad de que el mundo es frío, la luna una roca en el cielo y las personas caníbales.

No quiero decir con esto que estoy negada, sí quizás aterrada, pero sólo convertí las cosas en lo simple que son. La vida ya no tiene más colaterales, ni los pensamientos son tan profundos.

Sin embargo es lindo encontrarse cada tanto con gente mágicamente enferma, que escribe maravillas de la realidad mugrienta, que es capaz de crear y créese una realidad distinta para cada cosa sólo porque a él le parece que así podría ser. Me recordó mucho a quien fui, y quien todavía en menor medida sigo siendo, ya lo ven el primer ejemplo que di sobre lo maravilloso que me resulta algo tan frecuente y ordinario como salir a correr. Pero lamentablemente no podía ser feliz creando mis propias realidades, porque tarde o temprano terminaba colisionando duro con otras verdades.



Por mi parte sigo bien, con ganas de todo pero estancada. Haciendo entradas pelotudas como la anterior, para fingir que yo también puedo ser como las chicas comunes a los dieciocho años, y sentarme a sufrir porque alguien no me contesta un mensaje, o porque supieron limpiamente desaparecer con el primer asomo del sol. El título era mentirme, porque realmente tales cosas no suceden, sino que yo las produzco, necesito que pasen para sentirme más humana, mas adolescente, más ordinaria. Mis intereses están a kilómetros de donde los finjo posar. Y puede que los siga manteniendo allá lejos, donde pasen desapercibidos entre los demás. Pero acá no, no en mi blog, en el único espacio irreal donde enteramente sé ser yo, no puedo, estaría mintiéndome, y si bien me autoengaño a diario, esto ya es un descaro.. subestimarme de esta manera!

Esta soy, en vías de sanarme el alma, de aprobarme y aceptarme, de convertir mi propio país en el maravilloso de Alicia, de crear y convencerme de que todo está dispuesto para mi, y que la vida espera que la tome por las astas y la lleve a ser lo que yo quiera.

lunes, 23 de agosto de 2010

Menti(r)me

Tengo un cartel en la frente que dice: Mentime, boludeame, pisoteame, ilusioname, apuñalame, exprimime y descartame. NO? Sí, decime que si porque sino sinceramente no entiendo, no sé cómo hago para elegir siempre a los mismos. Tengo menos dignididad que un trapo de piso. Gracias y lo peor es que es mi culpa, me pasa todo el tiempo y va seguir pasándome. Mátense. A fin de cuentas SON TODOS IGUALES. Y el que es distinto, a ese especificamente le escapo. No entiendo por qué, me detesto, Chau.

sábado, 21 de agosto de 2010

An-e-e-e and I dreaming

No tengo dudas, no tengo esperanzas, y creo ser idiota por elección. Realmente no creo que la felicidad esté al fondo de siete copas, o en alguna de las colillas de los veinte cigarrillos de la box, ni tampoco del otro lado de los labios de algún galán perdido que me invite a bailar. Por empezar, no creo que la felicidad sea tan insana y tenga un precio tan alto...
Y aunque estoy segura de que definitivamente no lo es, lo que ahora pasa por mi cuerpo es tan parecido que se siente real. Un efecto anestesiante, un pase libre, una excusa para todos mis deslices.
Pero la felicidad no siente remordimientos, ni se sostiene de la amnesia. Todos mis mañanas asesinan mi presente, o tal vez sea al revés... Junto al miedo y los errores, vivo enroscada entre el estancamiento y la comodidad. No tengo justificativos para ser como soy, no me arrepiento, no me disgusto, sino sencillamente me transformaría. Estoy sola, y tengo mil maneras de expresar lo que necesito, tengo cientos de estrategias para engañarme, y autoconvencerme de estar buscando algo cuando lo que me inquieta es otra cosa.
Puedo tener un excelente control mental, pero cuando estoy a solas con mi inconciente, sabemos quien de los dos miente.
Si sería felicidad debería estar bien ¿no?... Claro, eso es fundamental...
Y sin embargo no es así. Y yo sigo sintiéndome falsamente feliz.
¿cómo podría ser?
No me juzgues, no critiques, ni menciones que harías en mi lugar, por favor no digas más. No existe diagnóstico acertado cuando se trata de mi, no quiero que le busques nombre a aquello que sufro o disfruto. Soltame la mano y sin confiar en mí, no hay promesa que pueda mantener.
Soltame la mano ahora, o no me sueltes jamás.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Fix me

No regalo ni vendo. No puedo. Lo que obtienen de mí, lo obtienen robándomelo.
Es la semana, fueron los dos domingos con los que empezamos, fue la discusión de anoche, el abrazo de reconciliación y ese perdón que se me escapó de los labios en un llanto que cargaba las lágrimas de más de una angustia. Es este dolor casi palpable, que se me impregnó en el pecho y no le deja casi espacio físico al aire, es mi calendario dañado, que aunque estemos en agosto sigue marcando el enero pasado. Son tantos deseos, mucha ansiedad por hacer todo y terminar sin hacer nada, es la desesperación cuando caigo en la cuenta de lo rápido que se me va el tiempo, son mis caprichos, que cuando no les doy lo que piden me obstruyen todos los caminos para empezar a hacer algo distinto. Es esta sensación de soledad que duplica la sensación térmica, ese agujero en el pecho que intento llenar con vicios, y lo único que consigo es agrandar el hueco, profundizar el vacío, incrementar necesidades que no existen. Es este miércoles que se disfrazó de domingo a las tres de la tarde, es esa duda que pone en juego la existencia del lunes, y esa desesperación que se crea en mi cabeza al comprender que ya no le hago caso a la presión de los horarios.
Es descubrir que la palabra NO es utilizable, y que nos conduce a sentirnos más cómodos, extender el estancamiento y no hacer lo que no se nos antoje hacer.

Estoy en pausa, y aunque la vida no me lo permite, yo sigo en pausa, y aunque cuando me despierte probablemente habré perdido las tres cuartas partes de las posibilidades, si hoy me pongo en marcha termino haciendo desastres. Estoy recargándome. Hoy empecé con la idea de remontarme, sabiendo que todavía ando con el ala herida, y así fue, ni llegué a abrir la puerta de casa que me desplomé. Entonces dame mis tiempos. Confío en mí, y se que voy a salir, pero necesito un tiempo, simplemente unos cuantos días. Aun conciente de correr el riesgo de lo tarde que puede ser cuando despierte. Pero te repito, hoy por hoy, así como en este momento estoy, sencillamente no funciono.
Me dormí en el falso calor de un abrazo y me desperté congelada, sintiéndome más sola que nunca.

domingo, 15 de agosto de 2010

Desappear

Se que veces las personas no llegan en el momento adecuado. Pero cuando esto sucede ¿debo dejarlas pasar?
Necesito reordenar mis ideas, cuestionar mis principios, reactivar mis sentimientos y repararme. Sólo entonces podría comenzar a pensar en alguien más.
Quisiera verte, no ahora. Conocerte en otro tiempo, con otras ganas y con algo más para entregar. Hoy  no me queda nada, todavía no conseguí conquistarme ni a mi misma, y se que si lucho por conseguirlo con vos voy a terminar fallando. No quisiera seguir de largo, pero es inexorable, necesito tiempo y espacio.


Lamentablemente voy a perderte. Y no lo dice el destino.
Lo digo yo, que acabo de escribirlo.

miércoles, 11 de agosto de 2010

"Ojalá no te tarden mucho en caer las fichas nena..."

Puertas nuevas se abren constantemente. Ya no se si son oportunidades o será que alguien me está tentando poniéndome a prueba. Todo pasa por algo, está claro, y ahora me dicen que todas nuestras experiencias son ciento por ciento producto de nuestros pensamientos.. yo creía que influíamos sólo en un cincuenta y la otra mitad era producto de la circunstancia y el destino inevitable. Ya no se qué pensar.
Estoy estancada aunque me mueva todo el tiempo y a gran velocidad. La comodidad es la principal causa del fracaso. Mientras siga sintiéndome cómoda y a gusto, tengo que saber que no voy a progresar, cuando realmente me sienta en constante esfuerzo, a distancia de como quisiera estar, entonces sólo ahí puedo fantasear con la idea de forjarme un futuro similar a lo que durante algún delirio, imaginé tener. Se sufre el camino al éxito, se disfruta el sacrificio, se hace con una sonrisa. Es lo más complicado, dominar la mente y obligarnos a obedecernos. Ya no puedo seguir haciendo lo que una parte de mí, la más mediocre y rebelde prefiere, ya no puedo esconderme tras la excusa de ser adolescente, porque nunca me sentí como tal, y ahora definitivamente ya no me protege.
Estoy en una etapa complicada, donde las posibilidades llegan de a millares y donde es muy factible que tropiece, trastabille y caiga en centenares de intentos, pero de eso depende cuan alto llegue, de la cantidad de golpes y de cómo me desenvuelva para superarlos. Estoy en permanente cambio, me despierto con una idea brillante en la cabeza y al llegar la tarde no veo más que una idea opacada por los obstáculos, un poco de miedo, desgano y costumbre, el arrastre de la sociedad misma y el sentirme obligada a seguir un camino ya trazado. No quiero perderme en la infinitud.
Algún día voy a estar orgullosa de mí.
Primero se cambia el pensamiento, luego lo que creemos de nostros mismos, luego lo que sentimos.. lo que hacemos, lo que atremos y repelemos, lo que logramos y decidimos dejar pasar, lo que somos y hacemos: nuestro mundo inicia en un pensamiento.
No hace falta aclarar que mi vida fue lo que fue gracias a lo negativa que soy, a lo que pienso de mí y a como me menosprecié y culpé durante tantos años. Mi vida era aparentemente perfecta y sin embargo el dolor que encarné, que reproducí, que viví, o que nació dentro de mí, es dificil de explicar si no se tienen desgracias como fundamentos. No necesité de absolutamente nada para sentirme la persona más infeliz del mundo y para llegar a hacer las cosas que hice y trasgredir todos los límites. De la misma manera en que ahora pienso que por lógica tampoco necesito (aunque tengo más que suficientes) de ningún motivo que me impulse para arriba y me convenza de poder sentirme la mina más feliz, autosuficiente y productiva del mundo. Nada es lo que es, porque no creo en ninguna sabiduría absoluta y objetiva, por lo que todo es totalmente relativo y lo que a cada uno le parece que es. la realidad tiene millones de colaterales. Y nosotros podemos hacer que sea la que nostros querramos, es tan simple como elegirlo, convencernos y ser que así sea.

Como me gusta hablar, bue después de todo puede que quizas tenga un talento especial chamuyando. Te juro que lo escribo y me lo creo, me creo que la semana que viene voy a estar bien, es más este mismo sábado. Me creo... así se empezaba no? Tantas veces me creí y desilucioné y aun así sigo teniéndo las mismas esperanzas que tuve la primera vez que lo intenté. Simplemente porqué se lo sencillo que es alcanzar lo que querés. Es cuestión de que quiera, cuando realmente tenga verdadesras ganas de ser feliz lo voy a hacer, cuando realmente quiera enamorarme y dejar de pasar el tiempo, me voy a deter en un abrazo y voy a quedarme a desayunar por la mañana, cuando realmente quiera verme bien y aceptarme, lo voy a hacer, voy a empezar a amarme y valorarme. Pero la cómodidad me tiene abstraída y el tiempo hoy parece eterno. Ojalá las fichas no me tarden en caer, aunque con mi razonamiento siento que están todas caídas, unicamente falta ese empujón, la bendita iniciativa.

lunes, 9 de agosto de 2010

Del dicho al hecho hay un largo trecho

Finalmente esta noche encontré un motivo por el cual estar libremente triste. Y aunque incluso no era uno muy bueno, medianamente se razonaba. Cerré los ojos y necesité un abrazo, alguien que realmente estuviera ahí, y probablemente hubiera encontrado calmar mi necesidad, sino fuera por la falsa sensación de soledad que me bloqueó la salida para buscarla. Me prohibí llorar, me prohibí sentir pena por mi misma. Soy parte de mis errores, soy la mismísima escritora de todas mis historias tristes, no puedo entonces reprochar el drama de los desenlaces si soy yo quien los organiza. Es contradictorio. Me gusta lo que hago, pero odio las consecuencias. Y cuando priorizo las consecuencias empiezo a sentir que despacio dejo correr el tiempo hasta acumular grandes cantidades de minutos vacíos de segundos. Tiempo hueco, espacios sin relleno, una vida lineal, recta, un completo desperdicio. Soy un frasco de perfume vacío: prometedor pero me falta la esencia. Soy un espectro detrás de un montón de palabras, soy un engaño oculto en los labios de un beso que necesitando amor sólo sabe ser frío. Tengo el orgullo resquebrajado, y un manojo de ambiciones para las cuales no tengo iniciativa, soy demasiado cómoda, demasiado desidiosa y sediciosa, como para tomar el buen camino, a la ligera y con atropellos lo malo me tienta, lo equivocado parece más sencillo, la mentira seduce, y lo prohibido me llama a los gritos. Transgredir: uno de mis verbos predilectos. Basta con que me digan no, para que automáticamente arriesgue literalmente la vida, la dignidad, los sueños y todo mi tiempo, en lograr un sí, o en encontrar la manera de evadir la negativa para salirme con la mía.


 
Esto fue ayer, estaba un poco conmocionada, pero hoy ya estoy como siempre, demasiado cómoda como para intentar cambiar algo...
No se que hacer, pero lo que haga se empieza por mí. Así que cuando tengas ganas de ser feliz, me avisas y lo arreglamos. Se que te enamora verme tan suelta, tan errada y tan de nadie.. por lo que no intentes cambiarme, porque cuando me tengas en tus manos embobada, de a poco vas a ir robándome toda esa magia.

jueves, 5 de agosto de 2010

1

Numero uno se siente bien, se siente primero, pero demasiado pequeño. Y tal vez con un simple número me estés definiendo de la mejor manera dentro de todas las caracterizaciones erradas que me atribuiste. Pequeña, como si todos fueran gigantes hambrientos de tres cabezas y yo una pulguita infima e indefensa, con miedo, desprotegida ante la voracidad del mundo moderno. Primera, con la vista puesta hacia delante donde sólo hay nulidades y signos menos, con las espalda en defensa a las infinitas oportunidades.
Individualista, aislada, cerrada, independiente, orgullosa y egoísta. Sumando mis propios esfuerzos puedo llegar al número que quiero, a veces siento que no necesito ninguna otra cifra para llegar alto. Y aunque la omnipotencia es una utopía exprimida hasta el fracaso más irreversible, todavía la siento.
Y de tanto repetirmelo empiezo a pensar que el cansancio va a vencer mi razón y finalmente voy a creerme mis juegos... pero nunca dejarán de ser simples convicciones inefectivas, a modo de consuelo, ante la inmensa decepción de no encontrar otro uno, que al sumarse a mi valor unitario, aun así sigamos ambos valiendo una unidad en lugar de dos.
Uno por siempre, hasta que me equivoque otra vez más, me sume a otra cantidad y me pierda como un simple número más en la infinidad.
Dentro de mí no se administran puestos, no puedo cerrarme, necesito algo y no puedo bloquearme hasta no encontrarlo. Y puede incluso, que cuando lo encuentre, me entretenga con el suelo, algún lateral o el techo, y lo deje pasar de largo. Porque aunque sienta el vacío, no quiero llenarlo.
Primero yo.Todo lo que venga detrás da igual, y aunque entre ellos haya jerarquía, para mí el valor de las posiciones no varía, sólo organizan el horario y el día.




Entre la sinceridad y mi parte más egoísta, insensible y orgullosa. Un disfraz de superhéroe, sobre una necesidad exasperada de verdadera compañía.