"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."



martes, 24 de agosto de 2010

¿Verdadero o Falso? Elijas la respuesta que elijas siempre va a ser la correcta.

Se siente raro desempolvar libros viejos, arrumbados en el costado de los estantes más altos de la memoria, libros que pensé no volver a abrir jamás.
Esta mañana me desperté temprano, como de costumbre, siete y media suena el celular con algún tema del momento cargado con muchas pilas, para empezar el día bien arriba. Lamentablemente el rington no logra eficientemente su objetivo, y si a la cuarta vez q lo apago el aparatito a los diez minutos sigue sonando, soy capaz de estrellarlo contra la pared. Sospecho que cuando duermo, aprovecho para charlar con mi inconciente, y supongo que últimamente no estamos llevándonos demasiado bien, nos encontramos en muchos puntos y disentimos de lo que consideramos como bien o mal, por lo que mis mañanas amanecen mal humoradas y con una sensación de resentimiento hacia mi misma, que no logro disolver hasta no caer en la cuenta de lo que en realidad pasa.

 
Pero esta mañana decidí romper con la rutina, e impulsada por un consejo que recibí anoche, en un llamado oportuno que rescató a mis lagrimas de la mortal caída, luché contra la desidia, renuncié al calor de las frazadas y aunque lo conseguí un par de horas luego del primer timbrazo del despertador, finalmente logré lavarme la cara, calzarme los joggings, elegir las zapatillas más cómodas y con los auriculares ya en las orejas, cruzar la puerta de casa, cantando a toda voz las barbaridades que decía un bonito reggueaton. Corriendo es el momento en el cual puedo asegurarles con toda certeza que me siento plenamente feliz. Soy yo flotando a una altura inalcanzable para los pesados problemas, a un nivel superior a mis ambiciones, con un desinterés general por todo. La música se convierte en el único ambiente y yo me despliego de mi propio cuerpo para avanzar, avanzar y avanzar hasta un lugar al que no tengo interés de llegar. Es el único momento en donde mi cabeza deja de funcionar, un breve lapso en donde mis pensamientos mueren, o me dan tregua para luego volverme a atacar. Lo disfruto realmente lo disfruto muchísimo, y cada vez que retomo la rutina caigo en la misma pregunta, el no entender cómo es posible que abandone algo que me hace tan bien.

Con un mañana agitada el día arranca distinto, y sin embargo vengo arrastrando dos semanas complicadas, y aunque lo intenté, cuando salí de la ducha no conseguí convencerme para salir de casa otra vez. Me senté en el escritorio, hice el ritual diario con la computadora y desde ese momento sigo acá sentada, envidiando esas risas sonoras que escucho venir desde la calle de los chicos saliendo del colegio al mediodía, disfrutando de estar, de vivir, de cumplir con el día a día, bebiendo de ese sol maravilloso que hoy brilla más que nunca porque sabia que yo iba a retomar mis caminatas matutinas y quería estar ahí sólo para darme la bienvenida. Bendito sol que defraudo y engaño estando en plena oscuridad a la luz débil de un monito opaco que a su manera me hace feliz.

Lo trágico en la mañana fue toparme con un blog, un blog particular que creo haber leído en otro tiempo, o al menos haber leído algún otro pero del mismo autor. Me fascinó, me quedé pasmada con cada entrada, devorándome cada una de las palabras, haciendo eco de cada párrafo que terminaba. Deseando que alguna vez alguien escribiera con la misma delicadeza y tan detalladamente sobre mí, como él lo hacía con sus mujeres. Parece conocer más sobre ellas que ellas mismas, las idolatra hasta el punto de convencerte que realmente son diosas griegas impecables, de ensueño, cuando en realidad son mujeres corrientes como todas. La realidad es que son ambas cosas, pero él sabe verlas a su sublime manera... y eso deseé, que alguien pudiera verme así, tan ideal, tan soñada, extraordinaria...

Terminando de leer un año entero de entradas, me recordé que ninguno de esos textos eran ajenos a mi vida. Yo tuve mi etapa, la peor y mejor de todas, donde el amor y el odio son sentimientos conjuntos y que van perfectamente de la mano, donde las emociones se vuelven enfermas, y uno llega a confundir alegría con angustias y viceversa. En el mundo de las pasiones, todas ellas son tan potentes que se parecen, y esta permitido sentirlas todas juntas en un mismo momento. Yo las viví, las sentí, las encarné y las expresé de formas poco convencionales, insanas... como no habría otra forma de expresar algo tan fuerte.

Hablando honestamente, al recordarlo, no me arrepiento, en lo absoluto. No obstante no cambio por nada lo que hoy tengo, no quisiera volver a ese estado jamás, por eso vivo mirando al amor con recelo, y aunque lo necesito me mantengo distante. Huí de ese mundo de enfermos, de ese mundo en el que creí que yo sola conocía y estaba inmersa. Y ahora estoy entre los normales, de piel y hueso, para los que el corazón es un simple diagrama y el amor son cosquillas, suspiros y fácilmente reemplazable. Para los que no cuentan con la posibilidad de ser protagonistas de una novela romántica, porque tal cosa sólo existe en libros, películas y en los sueños de los más inocentes. Para los que por ignorancia o tras haber sufrido tanto, están cerrados, totalmente superados ante la realidad de que el mundo es frío, la luna una roca en el cielo y las personas caníbales.

No quiero decir con esto que estoy negada, sí quizás aterrada, pero sólo convertí las cosas en lo simple que son. La vida ya no tiene más colaterales, ni los pensamientos son tan profundos.

Sin embargo es lindo encontrarse cada tanto con gente mágicamente enferma, que escribe maravillas de la realidad mugrienta, que es capaz de crear y créese una realidad distinta para cada cosa sólo porque a él le parece que así podría ser. Me recordó mucho a quien fui, y quien todavía en menor medida sigo siendo, ya lo ven el primer ejemplo que di sobre lo maravilloso que me resulta algo tan frecuente y ordinario como salir a correr. Pero lamentablemente no podía ser feliz creando mis propias realidades, porque tarde o temprano terminaba colisionando duro con otras verdades.



Por mi parte sigo bien, con ganas de todo pero estancada. Haciendo entradas pelotudas como la anterior, para fingir que yo también puedo ser como las chicas comunes a los dieciocho años, y sentarme a sufrir porque alguien no me contesta un mensaje, o porque supieron limpiamente desaparecer con el primer asomo del sol. El título era mentirme, porque realmente tales cosas no suceden, sino que yo las produzco, necesito que pasen para sentirme más humana, mas adolescente, más ordinaria. Mis intereses están a kilómetros de donde los finjo posar. Y puede que los siga manteniendo allá lejos, donde pasen desapercibidos entre los demás. Pero acá no, no en mi blog, en el único espacio irreal donde enteramente sé ser yo, no puedo, estaría mintiéndome, y si bien me autoengaño a diario, esto ya es un descaro.. subestimarme de esta manera!

Esta soy, en vías de sanarme el alma, de aprobarme y aceptarme, de convertir mi propio país en el maravilloso de Alicia, de crear y convencerme de que todo está dispuesto para mi, y que la vida espera que la tome por las astas y la lleve a ser lo que yo quiera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Naty, a ver... porque no haces el intento de pensar un poco en los errores que cometimos, es inobjetable el fin de la relacion conmigo, tal vez somos uno para el otro, por tal fin hay que transitar este camino, me gustaria poder explicarte tantas cosas, espero que leas esto y que sepas que mas alla de los errores que uno puede cometer, el sentimiento es de pleno arrepentimiento y que estoy sumamente convencido de que entre vos y yo... hay amor.

Disculpa por el espacio ocupado y por el tiempo que me diste.

Gracias,

Natalie dijo...

SUPERALO y seguí con tu vida. Desaparecé.