"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."



lunes, 9 de agosto de 2010

Del dicho al hecho hay un largo trecho

Finalmente esta noche encontré un motivo por el cual estar libremente triste. Y aunque incluso no era uno muy bueno, medianamente se razonaba. Cerré los ojos y necesité un abrazo, alguien que realmente estuviera ahí, y probablemente hubiera encontrado calmar mi necesidad, sino fuera por la falsa sensación de soledad que me bloqueó la salida para buscarla. Me prohibí llorar, me prohibí sentir pena por mi misma. Soy parte de mis errores, soy la mismísima escritora de todas mis historias tristes, no puedo entonces reprochar el drama de los desenlaces si soy yo quien los organiza. Es contradictorio. Me gusta lo que hago, pero odio las consecuencias. Y cuando priorizo las consecuencias empiezo a sentir que despacio dejo correr el tiempo hasta acumular grandes cantidades de minutos vacíos de segundos. Tiempo hueco, espacios sin relleno, una vida lineal, recta, un completo desperdicio. Soy un frasco de perfume vacío: prometedor pero me falta la esencia. Soy un espectro detrás de un montón de palabras, soy un engaño oculto en los labios de un beso que necesitando amor sólo sabe ser frío. Tengo el orgullo resquebrajado, y un manojo de ambiciones para las cuales no tengo iniciativa, soy demasiado cómoda, demasiado desidiosa y sediciosa, como para tomar el buen camino, a la ligera y con atropellos lo malo me tienta, lo equivocado parece más sencillo, la mentira seduce, y lo prohibido me llama a los gritos. Transgredir: uno de mis verbos predilectos. Basta con que me digan no, para que automáticamente arriesgue literalmente la vida, la dignidad, los sueños y todo mi tiempo, en lograr un sí, o en encontrar la manera de evadir la negativa para salirme con la mía.


 
Esto fue ayer, estaba un poco conmocionada, pero hoy ya estoy como siempre, demasiado cómoda como para intentar cambiar algo...
No se que hacer, pero lo que haga se empieza por mí. Así que cuando tengas ganas de ser feliz, me avisas y lo arreglamos. Se que te enamora verme tan suelta, tan errada y tan de nadie.. por lo que no intentes cambiarme, porque cuando me tengas en tus manos embobada, de a poco vas a ir robándome toda esa magia.

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