Evidentemente algo anda errado cuando uno no puede definir si su vida anda excesivamente bien o se volvió un desastre. Cuando tu cuerpo te llora, el corazón te sonríe y la cabeza te abandona. Cuando todos tus sentidos se contradicen y necesitás estar en varios lados a la vez. No saber lo que querés y no poder darle el gusto a cada parte de tu ser. ¿Quién es el que manda? ¿Quien de todos me domina?
La experiencia me alerta y lo poco que quedó de esperanza e inocencia me alientan...
Pero entonces calla el instinto, la inteligencia y el alma, y los latidos son los únicos que hablan.
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