Y llegó un día en el que me cansé.
De que mi soledad fuera humillante.
De dar y dar y que nunca me den nada a cambio
De querer alguien tan afectado y pulcro como yo
De que la vida sea tan considerada al darme tiempo que no sé cómo usar
De que me guste el chocolate casi tanto como la nicotina
De mentirles, de mentirme, y de que "me creyéramos"
De seguir extrañando
De empezar todos lo días para vivir el final
De perder tanto
De ganar todo
De ser tan mala sumando y restando
De esta ceguera parcial
De mirar para el costado
Del ciento ocho cuando cruza la vía y llega a Triunvirato
De que haya momentos en donde me canse (valga la redundancia 'me canse de que me canse') de los imbéciles de turno y al rato los extrañe
De que sea tan fácil que me vea obligada a renunciar por subestimación
De llegar siempre al límite, y el setenta por ciento de las veces traspasarlo
De hacer dos de diez
De decir sí cuando por dentro grito no
De necesitar un abrazo
De esta vulnerabilidad a tener dueño
De que tardes tanto
De que me guste taaanto
De lastimarme para volver a sentirme a salvo
De morir a diario
De que sean las dos y cincuenta y seis de la madrugada y yo enumere mis cansancios.
"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."
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