"Los hechos y/o personajes del siguiente Blog son ficticios, cualquier similitud con mi vida personal es pura coincidencia."



miércoles, 1 de diciembre de 2010

Otra vez..

No puedo más. Cuantas veces lo dije, y así y todo seguí. ¿Que conseguí? Terminar de esta manera, arrepintiéndome de no haberlo hecho la primera vez y para siempre.
Me duele tanto.. te juro que a veces ya no se en que época estamos. Los años fueron pasando, y sin embargo todavía me siento de quince, con ganas de escaparme de casa y que a alguien le importe. Ahora estoy sola, ahora el dolor es mío y nadie se va a hacer cargo de mis atentados. Los desastres hacen a la soledad. Yo me aíslo, ¿quién podría compartir y ser parte del infierno en el que vivo?
Lo único positivo de haber vuelto tan abajo, es que una vez más mi vida se desvanece, y no me quedan más cartas que perder. No tengo ni soy nada, y ese nada es todo lo que hoy sin temor arriesgo. Lo voy a lamentar en un tiempo, cuando me reproche por dejar que el dolor me venza y destruir mi futuro despacio y premeditadamente. Dejar pasar la vida... es más que un error, es el mayor de los esfuerzos, es tener el valor y la fuerza suficientes para sobrevivir. Dejarla pasar, con lo abrumadora, asfixiante y tortuosa que se vuelve con el paso de los años. Quisiera quitármela de encima, arrancarme la piel del cuerpo si con eso pudiera desprender el dolor que vive penetrándome hasta el alma.
Duele mucho más estar vacía, entender que ya no es lo mismo y no hay reversa y aun así que ya no duela. Duele más no sentir. Duele la falta de dolor, ¿cómo explicarte? ¿Como explicarte que en sólo una hora conseguí asesinar estos últimos ocho meses y revivir los tres años previos? A quién gritarle y socorrerle para que me aleje de mi, para que me controle y me aísle de mi mente que en su ingenio sólo sabe buscar una forma fatal de hacer desaparecer mi angustia. Y si el precio es desaparecerme a mi también, lo paga. Lo pago, lo pagaríamos todos.
Sólo se que si por tan sólo un instante podrías vestirte con mi piel y empaparte con mi angustia, entonces me darías el apoyo para renunciar a mí misma. ¿Para qué empeñarme en resistir toda la vida, cuando tengo el final y el alivio tan disponibles a mi alcance?
Mis promesas de papel y los errores son eternos, una vez que se les da lugar, no dejan escapar oportunidad para presentarse de nuevo.
¡Y mi dios, que dejaste de creer en mí, antes que yo en vos, pensar que estuve tan cerca de volver a vivir!

2 comentarios:

Unknown dijo...

El problema estaria/esta en ¿que harias/haces cuando alguien se acerca a ayudarte?
Uno puede ayudar si del otro lado hay voluntad de ser ayudado.
Y ahi esta lo dificil, porque como decis, la diferencia entre un periodo malo y uno de estabilidad es grande, y muchas veces nos acostumbramos a estar mal o a querer estar mal, porque cambiar implica fuerzas que no tenemos y que cuando se nos ofrecen tampoco las aceptamos, por lastima, orgullo o que se yo.
Pero si hay voluntad de cambiar, siempre alguien va a estar para ayudarnos, si confiamos en que el vacio que nos dicen que existe no es mas que un escalon hacia algo mejor y decidimos saltar.
Yo te aseguro que quizas te caigas, pero que va a ser ya sobre tierra firme y no sobre la nebulosa, que no vas a tener que levantarte sola, porque alguien va a darte la mano.
¿Moralista o buena onda? puede ser, pero cuando vas y venis de abajo aprendes a ver las cosas de otra manera.
Beso grande

Natalie dijo...

Gente, o dejan nombre o borro.
Pablito, no tiene idea ese sujeto. TE QUIERO!