Sí, voy a seguir dejando pasar la vida, malgastando los años, deseando el mañana, anulando las basura del presente. Mentí, me mentí, me creí. Soy una enferma caprichosa, la vida no me satisface, y no puedo sentarme a esperar que algo cambie, tengo que hacerlo yo. Arruinar los días es mi arte.
No me limites, no me pongas frenos, porque no voy a frenar hasta conseguir lo que quiero, y lo único que vas a lograr es que termine odiándote.
Culpá a la necesidad ficticia que genera la sociedad, culpa a mis ambiciones, a mis locuras repentinas, y mis ganas que nacen y mueren todo el tiempo, culpa a quien se te antoje culpar. Pero si de pronto un día decidí que lo quiero, entonces preparate, porque comienza una cuenta regresiva hasta obtenerlo.
No me importan los daños colaterales, no me interesan ni consecuencias ni precios, ni opiniones ni tus putos sentimientos. Es mi egoísmo lo que está primero, es la satisfacción propia y esa sonrisa triunfante que ya siento ensanchándose en mis labios. Es donde aflora mi estima, toma el mando y me vuelve única en mi vida. Nunca voy a cuidarme, ni preocuparme, sólo me interesa callar la voz insistente e insoportable de mis deseos. Quiero, y desde el ‘quiero’ hasta el ‘conseguirlo’ TODO lo demás deja de tener sentido. Sí, hasta ese extremo me deslizo.