Llévate la luna, no me sirve ya, llévate el invierno, que me puedo congelar. Llévate las horas, para no extrañar, llévate la playa porque no te quiero recordar.
Todo está de más, todo sobra si no estas todo sobra si no estas.
Si te vas a ir llévate el viento por que te siento en el aire que toca mi piel. Si te vas a ir y estás segura que esta amargura se convierta en amor con él. Si te vas a ir ya no regreses, por que si te vas muy poco de mí te encontraras.
Todas las mañanas ya no vas a estar, toma la ventana que no te quiero esperar y toma esta sonrisa, la última del mes vete más aprisa que me duele mucho, que no ves
Es la mejor manera en que puedo expresar mi última lágrima, ni siquiera las letras pudieron darme una mano en esta situación para expulsar lo que sentía. Los necesitaba a ellos, a mis dos angelitos.
A veces es difícil entender algunas cosas, y nos abrumamos con esos 'por qués' insistentes que jamás serán respondidos. Pero entonces algo así, tan fuerte quizás como la fe, te hace entender sin explicar. Y como leí en ese oportuno mail que nunca voy a olvidar, el triunfo está en hacer todo lo que uno tiene a su alcance, y dejar que las cosas que nos exceden se reacomoden solas.
Mientras la conciencia no chille a la hora de dormir, y podamos mantener la espalda erguida con nuestra mochila, siempre, siempre se puede volver a levantar. Y entonces la vida sigue, y con ella nos arrastra.
Tengo miedo, lo admito, pero ya conozco bastante bien el camino.
Y pensar que creia que habia salido para siempre, y en cuestión de un segundo puede el pasado estar tan vivo como el presente, y tan muerto el presente como el pasado mismo.